Analytica: “Si Fernández quiere crecer, tiene que cerrar el canje antes de mayo”

07/02/2020

Analytica presentó ayer sus proyecciones macroeconómicas para el primer año de gestión de Alberto Fernández.

En un encuentro con el periodismo, que también marcó el regreso de Ricardo Delgado (su cofundador, junto con Diego Valenzuela), dio a conocer el “Focus 2020”, cuyas proyecciones se nutren en un modelo econométrico propio, que ya obtuvo algunos pergaminos: en diciembre pasado, informó el BCRA, fue la consultora del REM que más acertó la inflación núcleo.

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 “El modelo sobre el que trabajamos las proyecciones está liderado por el salario mayoritariamente y, en menor medida, las jubilaciones y la AUH. Eso es lo que moverá la economía. Allí surge el PIB no agrícola mientras que el PIB agrícola surge del volumen de la cosecha y los precios”, explicó Delgado. Allí también influye el arrastre estadístico que dejó 2019 (negativo, obviamente), que todavía no se conoce. “El consumo es el corazón de la economía”, acotó Rodrigo Alvarez, socio de Analytica.

En el frente nominal, Analytica proyecta una inflación (punta a punta) de 42,3%. Unos 11 puntos por debajo de la marca de 2019, pero todavía en una zona riesgosa. La literatura suele describir a la “inflación moderada” a la que oscila entre 15% y 35% anual.

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Ingresos.

El otro ingrediente del driver del modelo de Analytica son los ingresos. Según sus proyecciones, el consumo privado caerá 3,8% en 2020. El crédito hacia el consumo se contraerá 5,3% (menos que el -25,8% de 2019) y los ingresos generales caerán 6,3%, con su principal ingrediente (la masa salarial registrada) achicando 8,5%. Los otros dos items son AUH (que no variará) y las jubilaciones, que avanzarán 5,6%. Por supuesto, el número final dependerá de cómo se vayan desarrollando las paritarias y no es casual que el Gobierno tenga sus ojos puestos en que la puja salarial no se desmadre. El plan oficial, según Analytica, es bajar la inflación a la zona de 2,5% mensual en el primer trimestre de 2021. Solo así podrá crecer la economía, dijo Alvarez, y llegar con más músculo político a las legislativas del 2021.

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Según Analytica, el aumento nominal de salarios oscilará entre 35% y 38% en 2020, con el objetivo puesto, más que en un “salariazo” cortoplacista, en bajar el IPC a la zona de 2,5% mensual en el primer trimestre de 2021. Si los aumentos se van de raya, la dinámica puede ser otra. Desde el punto de vista político, parece lógico calmar las aguas nominales en 2020 y apuntar a cierta recomposición del ingreso recién en 2021, cuando se juegan los porotos.

Dólares (por un tiempo).

Con una economía deprimida (es decir, con importaciones por el piso) y supercepo para todos, sobran dólares. Pero, advirtió Delgado, eso no durará para siempre. Sobre todo, si la economía se pone a crecer y demandar importaciones. En 2020, las importaciones serían de apenas US$ 31.200 millones: casi nada para una economía del tamaño de Argentina. Según Analytica, la Cuenta Corriente tendrá un superávit de US$ 13.500 millones, con un saldo comercial favorable de más de US$ 22.000 millones. Un número impresionante.

 

Cepo light.

Correr el muro (la necesidad de dólares) hacia adelante, y no chocarse con él, dependerá del nudo gordiano del 2020: la deuda. Según Analytica, el Gobierno propondrá un “cepo light”, es decir, una quita (haircut) de capital en la zona de 30%. “Si Fernández quiere crecer en su mandato, tiene que cerrar el canje antes de mayo para volver a los mercados en 2021”, dijo Álvarez. “Sin dólares financieros, la economía no va a poder crecer porque no tendrá dólares comerciales suficientes”, señaló.

Álvarez agregó que un dato clave es el exit yield, es decir, la tasa que pagará el soberano luego de cruzar el Rubicón. Hoy, el riesgo país está en la zona de 2.000 puntos y el costo de fondeo en dólares es 20% más la tasa de libre de riesgo que fija el bono del Tesoro de Estados Unidos ¿El fondeo en dólares bajará a la zona de 10% o seguirá arriba de 15%? Según Álvarez, “si persiste arriba de 15%, no seremos competitivos”.

Esa exit yield determinará si llegan (o no) las inversiones extranjeras que aporten dólares porque allí se decide la tasa de descuento de los proyectos productivos. Luego, aclaró Álvarez, también hay particularidades sectoriales. En Vaca Muerta, un tema que Analytica ha estudiado en profundidad, también hay que dar señales de precios. “Si no les das precio internacional a las empresas, por lo menos tenés que dales una regla”, dijo y sugirió evitar la discrecionalidad. “Alberto tiene que jugar bien la ficha de Vaca Muerta porque es el sector que puede traer dólares más rápido”, agrega.

 

Tasa.

Esa “tasa de salida” dependerá no sólo de que la propuesta financiera sea aceptada y la deuda se ubique en una trayectoria sustentable sino de qué plan (sobre todo, fiscal) muestre el Gobierno después. “Si el mercado percibe que Alberto tiene un ojo permanente en la política fiscal y no se la gasta toda, la tasa puede bajar y mucho”, planteó Álvarez y dijo que el riesgo país, en ese escenario, puede terminar 2020 “en el entorno de los 1.000 puntos”. ¿Se viene una “regla fiscal”, aunque sea laxa, luego de la negociación? Parece demasiado y algo lejano para el manual peronista, pero quizás sea necesario. El peronismo, ante todo, sabe ser pragmático.

Fuente: El Economista

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