Santa Fe entra en una “nueva fase recesiva”
06/04/2023
El Índice de Actividad Económica de Santa Fe advierte por los efectos de la sequía. Observan un “debilitamiento del proceso de recuperación pospandemia”. Dos Florines
Por la situación macroeconómica y el principio del impacto de la sequía, se confirmaría el surgimiento de una “nueva fase recesiva en Santa Fe”. Respecto a diciembre de 2022 el Índice Compuesto Coincidente de Actividad Económica de la provincia de Santa Fe (Icasfe) marcó una leve variación positiva del 0,1%.
Aunque algunas series mostraron mejoras en la última medición, el patentamiento de vehículos y la producción industrial comenzaron el año con datos negativos. En términos interanuales, cuatro indicadores se ubican debajo de sus registros de enero 2022.
A partir de la medición de enero de 2023, la evolución de la producción industrial de la provincia se presenta agregada en un único indicador (denominado Producción industrial). Con respecto a diciembre de 2022, el mismo marcó una variación negativa del 0,8%, mientras que acumuló una caída interanual del 3,3% (ver metodología en https://www.bcsf.com.ar/ces/icasfe.php).
Los puestos de trabajo registrados (altas nuevas) mantienen un incremento de 2,6% con respecto a enero de 2022, con un nivel superior al datado en el máximo alcanzado antes de la recesión 2018-2020. Entretanto, las expectativas empresarias para incrementar personal (demanda laboral) señalan un alza de 4,4% respecto a diciembre; sin embargo, se encuentran 19,1% por debajo del valor de enero del año pasado y la recuperación del empleo fue prácticamente nula en enero 2023.
Por su parte, las remuneraciones reales de los empleados registrados obtuvieron una tasa levemente positiva, del 0,1%, tanto en la variación mensual como la interanual, luego de haber cerrado el 2022 con pérdida neta del poder adquisitivo. Las ventas en supermercados, indicador oficial que hace referencia al desempeño de grandes superficies comerciales, registraron un incremento del 1,1% con respecto a diciembre de 2022, y en el último año acumularon un alza de 3,5%. Cabe destacar que la serie se ubicó 12 puntos porcentuales por debajo de los niveles alcanzados en 2018.
Dentro del conjunto de series que aportan información en relación a la inversión en bienes durables, el patentamiento de vehículos nuevos ocupó el pie de la tabla con una caída del 2,9% mensual. Esto ocurre luego de haber presentado un incremento neto durante el último trimestre de 2022. En cuanto al consumo de cemento en la provincia, indicador asociado al sector de la construcción marcó en enero un leve incremento del 0,8%, luego de haber acumulado una caída del 8,4% durante 2022. En este marco, la serie se encuentra un 7,2% por debajo del valor registrado en enero de 2022.
La serie correspondiente a los recursos tributarios de la provincia (en términos reales) también experimentó una caída interanual del 0,6%, alimentada tanto por la disminución de la recaudación del principal impuesto subnacional (Ingresos Brutos) como también por un menor nivel de recursos provenientes de la coparticipación nacional de impuestos. Esto es a pesar de que en enero se registró un leve incremento del 0,3% con respecto a diciembre.
Indicadores complementarios del sector industrial
Al igual que en el contexto nacional, la actividad industrial de la provincia comenzó el año en caída. De hecho, el IPF (Índice Industrial de FIEL) ya marcó- en forma preliminar- una nueva fase recesiva, que comenzó en abril del año pasado. (ver http://www.fiel.org/publicaciones/PartesDePrensa//PTE_PRENSA_1679504067911.pdf).
Las semillas de soja y girasol enviadas a molienda en la provincia continuaron en disminución. En enero se registró una merma del 3,7% con respecto a diciembre de 2022, y se acentuó el acumulado negativo anual a -21,4% (enero 2023/enero 2022). Por su parte, las exportaciones de aceite de soja por los puertos de la provincia disminuyeron un 4,7% mensual. La faena de ganado bovino y porcino presentó una variación mensual positiva en enero (0,7%), pero los datos de febrero ya indican una merma del 1,5%. En la comparación interanual la serie continúa en crecimiento, en un contexto muy particular para el sector.
La producción láctea presentó un leve incremento, del 0,4%, en relación a diciembre de 2022, pero en términos interanuales se mantiene en terreno negativo. El consumo de hidrocarburos líquidos (excepto nafta y fuel-oil) en la provincia de Santa Fe registró una variación mensual levemente negativa para el primer mes del año 2023 (-0,6%), tras cerrar el 2022 con un promedio mensual del -0,3%. Asimismo, las tasas interanuales continúan en el terreno negativo (-5,1% en enero), siendo la sexta variación consecutiva negativa. Por último, el consumo de gas industrial en la provincia de Santa Fe registró en enero una tasa mensual desestacionalizada negativa en torno al -3,8%, luego de cerrar el 2022 con un promedio mensual prácticamente nulo (0,1%). De la misma manera, en términos interanuales evidenció una tasa negativa (-1,6%).
Síntesis y perspectivas
En enero de 2023 la variación interanual del ICASFe fue prácticamente nula, lo que indica que la actividad económica provincial se encuentra en el mismo nivel que el correspondiente a enero de 2022. En este sentido, los resultados locales se encuentran en línea con los desequilibrios macroeconómicos que caracterizaron el 2do semestre del año pasado. La aparición de un pico (máximo relativo) en mayo de 2022 implica la determinación técnica de una nueva recesión en la economía santafesina. Si bien el surgimiento de la fase contractiva aún es incipiente, es importante considerar el contexto en el cual se produce.
Dada la relevancia que tiene el sector agropecuario y agroindustrial en la provincia de Santa Fe, cabe considerar que la sequía que atraviesa la región aún no impactó de lleno en los datos de actividad. Aunque en sucesivos informes dimos cuenta de la reducción de márgenes por el devenir de la producción, en conjunción con una disminución relativa de los ingresos y aumento de costos, el efecto neto puede incrementarse en la medida que se intensifique el derrame hacia otros sectores como el comercio, los servicios, y la actividad de la construcción.
En cuanto al escenario nacional, la escasez de reservas y las crecientes restricciones a la importación de productos en general e insumos en particular, seguirá afectando a todas las ramas de actividad económica. Todo esto en un contexto inflacionario cuya última medición oficial arrojó un incremento interanual del 102,5% para el índice de precios al consumidor. En este marco, e internalizando las perspectivas tanto a nivel doméstico como internacional para 2023, entendemos que la recesión podría extenderse a lo largo del primer semestre; aún en un año eleccionario.