Gustavo Segré advirtió que el país está próximo al default
08/05/2019
El economista remarcó que el problema central de la Argentina es el déficit fiscal, por lo que instó a gastar menos de lo que se recauda. Danilo Lima
La Argentina está “próxima al default”, alertó el economista Gustavo Segré, durante una entrevista con DOS FLORINES, en la que ratificó que el problema central del país es el déficit fiscal, por lo que instó a gastar menos de lo que se recauda. “Los países no se suicidan, pero quiebran, y la quiebra es default”, enfatizó.

El economista, que desde hace unos años reside en la ciudad brasileña de San Pablo, estuvo en Paraná para dar una conferencia organizada por la revista especializada For Export, con el auspicio de la Cámara de Comercio Exterior de Entre Ríos. Los ejes de la charla fueron las características del profesional del futuro, la motivación y lo que denominó la línea de la vida. También se refirió a las exportaciones y cómo hacer un proyecto exportador con el acento puesto en la mejora de la competitividad.
A lo largo de la charla, Segré cautivó a los presentes –que no se movieron ni un solo momento del auditorio de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos– con conceptos muy claros, humor y bastante de psicología.

– ¿Usted es economista o psicólogo?
– Jajajaja. Noooo, psicólogo, no. Soy economista, administrador y contador. Tengo posgraduación en controladoría, soy piloto de avión y, sobre todo, actor frustrado.

– ¿Cuánto de psicológico tiene la economía argentina?
– Creo que la economía argentina más que problemas psicológicos tiene problemas patéticos porque sabemos todo lo que nos pasó –y nos pasa– pero no hacemos nada para corregirlo. Es como que a nosotros nos gustara estar así para quejarnos de por qué estamos así, y la realidad es que no resulta complejo resolver los problemas de la economía argentina. Hay un dato que habla por sí solo: nosotros, como personas o como empresas, jamás podríamos tener el 90% de nuestra vida o de la vida de nuestra empresa con déficit. No podés gastar más de lo que ganás el 90% de tu vida, te fundís. Bueno, el país hace eso.
Déficit y default.
– ¿El déficit fiscal es el problema central de la economía argentina?
– Sí, el problema central es el déficit.
– ¿Por qué?
– Porque de los últimos 118 años solamente en 10 tuvimos superávit fiscal. Es decir, en apenas diez años recaudamos como país más de lo que gastamos.
Y cuando uno gasta más de lo que recauda, o se financia a través de emisión, que genera inflación, o emite títulos, que generan deuda, o aumenta tributos, que genera restricciones brutales al comercio.
Y cuando generás deuda, porque alguien te financia, en algún momento ese alguien te va a preguntar cómo le vas a pagar, si durante toda la vida tuviste pérdidas. Un banco no te prestaría si fueras una persona y tampoco a una empresa.
Los países no se suicidan, pero quiebran, y la quiebra es default.
A lo largo de nuestra vida económica, en los últimos 60 años hicimos 27 acuerdos con el Fondo Monetario Internacional. Vivimos de crisis en crisis, cuando el secreto para evitar esto es simple: hay que gastar menos de lo que se recauda. Y lo que sobra lo aprovechás para pagar la deuda que contrajiste durante tanto tiempo, disminuís la tasa de interés a pagar y con esa plata generás infraestructura, inversiones, ahorro, y así la economía crece y la gente tiene empleo. Y cuando esa gente que tiene empleo gasta se necesita contratar más gente para producir más. Ahí entrás en un círculo virtuoso.
– ¿Dónde debe recortar gastos el Estado para terminar con el déficit?
– Fundamentalmente en los cargos de confianza. Gente que no tiene ninguna aptitud para ocupar un cargo y lo ocupa porque milita en algún partido político. Todos los cargos debieran ser por concurso para que la gente que esté en el Estado sea porque es la mejor para determinado puesto, independientemente de su pensamiento o militancia política, y que gane bien además. De lo contrario lo que entra al Estado es el residuo de los que no pudieron conseguir trabajo en el sector privado. Si es el mejor, además, no debe dejar su puesto cuando el gobierno cambie por cuestiones electorales. La persona que gana un puesto por concurso debe permanecer en el puesto por más que cambie el gobierno. De esta forma un montón de parásitos que hoy están en el Estado deberán buscar trabajo.
Otra cuestión que hay que hacer, en el caso de los planes sociales, es que haya una contrapartida. No se puede generar un plan sin nada a cambio. Al destinatario de un plan social hay que enseñarle un oficio, hacerlo estudiar.
– ¿Estamos cerca del default?
– Estamos próximos al default porque la condición de pago de cualquier deuda se analiza en función del PBI o de la renta per cápita y Argentina no sólo no crece sino que decrece. Esto quiere decir que el poder de repago de cualquier cosa individualmente es cada vez más grande.
No tenemos una perspectiva de que estemos mejor y cuando no se le da a la gente la oportunidad de un futuro mejor, pierde las esperanzas y se abandona.
– Apelo a su condición de piloto de avión, ¿Macri y el resto de los posibles candidatos tienen un plan de vuelo?
– Creo que Macri, al comienzo de su gestión, sí. Después, por las complicaciones del mercado y de la política, y por no haber conseguido aprobar algunas leyes que el país necesita, se dejó de lado lo importante y se prestó atención a lo urgente.
Brasil.
– ¿Cómo están las relaciones económicas entre Argentina y Brasil?
– Nos necesitamos, nos toleramos. Los brasileños nos dicen hermanos y cuando uno les pregunta por qué, contestan que somos hermanos porque los amigos se eligen.
La relación siempre es buena. Es mejor una relación Brasil-Argentina que no tener relación a pesar de que esa relación sea conflictiva.
Sucede que nosotros, los argentinos, tenemos una elevada arrogancia, un ego un poco elevado, y queremos ser primeros cuando podríamos tranquilamente trabajar en una escala menor. Brasil es cinco veces más grande que Argentina y, además, tiene una inflación de 3,5% anual y una tasa de interés de 6,5, exporta mucho más de lo que importa, recibe muchas inversiones y no piensa en dólares. Entonces, en función de esa temática, la economía brasileña va a estar mejor que la nuestra. Y si un país tiene al lado un país más grande, tienen que ir con él.
– ¿Y el Mercosur?
– Ahora va a cambiar algo en el Mercosur que es la baja de los aranceles externos, que no es otra cosa que la protección ante el ingreso de productos de otros países. Esto nos va a obligar a ser competitivos porque de lo contrario no vamos a vender. Esto va a ser un zamarreo, sobre todo para el empresariado argentino que, en su gran mayoría, es liberal porque quiere exportar a todo el mundo pero proteccionista a la hora del ingreso de productos importados al país. Eso va a cambiar.
– ¿Qué es Jair Bolsonaro en lo político y qué en lo económico?
– Políticamente es una incógnita. Tenía esperanzas de que fuera mucho mejor de lo que es, aunque de cualquier manera es mucho mejor de lo que había o de lo que podía venir que era nuevamente un partido corrupto como el Partido de los Trabajadores. Espero que termine su mandato en buenas condiciones y que se dedique a gobernar porque hoy no lo está haciendo como podría hacerlo.
Desde el punto de vista económico, Bolsonaro es un liberal, con todas las fórmulas que quienes tenemos un pensamiento liberal desearíamos tener; es decir, un Estado más chico, empresas privatizadas –las que no agregan valor o no son estratégicas–, una cantidad menor de ministerios, inversiones y apertura económica.