Hecker cree que el BNA puede financiar la recuperación económica, que será desigual y por sectores

09/02/2021

El presidente del Banco Nación asegura que la entidad reaccionó en pandemia y que recuperó la capacidad prestable. En 2020 asistió con 25 mil millones a Pymes. El caso Vicentín. Gustavo Sánchez Romero

“Nosotros estamos en condiciones de financiar la recuperación de la actividad productiva santafesina. Nos entrevistamos con el gobernador y el ministro de Producción, y no queremos aventurar cifras porque estamos discutiendo cuál es el nivel de tasas que subsidiará la provincia para cubrir la demanda de los sectores productivos”, respondió ante la consulta de un periodista que le aseguraba que Santa Fe aspiraba a contar con un monto de unos cerca de 12 mil millones de pesos para las cadenas productivas que cuentan en carpeta con proyectos de inversión.

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Esto lo dijo Eduardo Hecker, presidente del Banco Nación Argentina, quien el viernes pasado facilitó un encuentro con periodistas para hablar sobre la realidad del banco, el contexto nacional y las perspectivas de la economía.

Lo hizo luego de reunirse con Omar Perotti y Daniel Costamagna, donde evaluaron la posibilidad de una línea para la inversión de la producción santafesina con una tasa del 24%. La segmentación y la selección la haría la provincia y el banco sólo sería el financista y la ventanilla. Pero para eso todavía falta un tiempo. Perotti aspira a un programa y “el conoce los sectores, pero hablamos de la actividad primaria, cerdos, arroz, el sector frutihortícola y legumbres, entre otros”, dijo Hecker. Dos Florines consultó acerca si había algún sector vedado o proscripto en alusión a los sojeros, cosa que el titular de la entidad negó abiertamente.

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El economista y banquero mantuvo una reunión en el Hotel Los Silos de la vecina provincia durante 45 minutos, en una charla abierta con cuatro periodista, “on the record”, como lo asumió desde un principio y donde abordó distintos temas propuestos sin agenda previa.

Fue allí, donde dijo, y para empezar, que la entidad que preside, desde abril pasado prestó 25 mil millones de pesos a las empresas y 250 mil millones en total, sumando a personas, estudiantes y jubilados que compraron computadoras y notebooks. “Sí, debimos flexibilizar mucho las condiciones ya que mucho de lo que fue a las empresas se destinó a pagar sueldos. Muchos lo están pagando y otros lo vamos viendo. No teníamos esa línea y la verdad es  que era tuvimos que armarla rápidamente porque había muchas empresas que no podían pagar los sueldos, y aún vivimos en un contexto de emergencia”, expresó.

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Inversión.

El banquero narró que venía de Rosario, donde compartió agenda con funcionarios propios, miembros de AFA y de la Bolsa de Cereales y recorrió las instalaciones de Liliana, la empresa de electrodomésticos que está requiriendo un financiamiento especial para incorporar tecnología e incrementar en unos 300 trabajadores su plantilla y llegar a los 1200.

“Discutimos asistencia crediticia con este tipo de empresas intensivas y si bien vamos a ser cautos nos interesan las empresas que generan empleo. Nuestras tasas promedio para la producción se ubican en torno al 24 %. Nosotros recuperamos la capacidad prestable, no solamente la vocación. Lo hicimos a partir de haber sido muy agresivos en bajar la tasa de interés y a partir de eso tener mejores utilidades, y a esas utilidades las volcamos en la capitalización del banco. Tenemos mejor liquidez que antes y podemos incrementar los créditos”, dijo Hecker.

No pierde la ocasión, como todos los funcionarios del Gobierno, de recordar la etapa Macri y pide hacer memoria para ubicarse apenas un año atrás donde el Banco Nación publicitaba que tenía las tasas de plazo fijo más altas del mercado. “Cuando un banco publicita que su tasa de interés para depósitos a plazo fijo, agárrense con ese banco. El Banco Nación toda la vida pagó la tasa de plazo fijo más baja del mercado”, subraya, como remarcando con fuerza el lápiz sobre el papel.

-¿Sin embargo en tasas no se diferencia ningún banco en la pandemia?

-Nosotros volvimos a tener una tasa de plazo fijo más lógica, más de mercado, y eso nos permitió recuperar rentabilidad y liquidez, que  la estábamos volcando al sector productivo y para las personas. El año pasado, más allá de las empresas, el Nación fue el primer banco en atención al segmento de personas, partiendo de un lugar muy bajo, a pesar de ser el banco más grande, no en stock, porque venimos de muy abajo, pero sí en la monetización del crédito. No deja de ser importante.

-¿Esto está vinculado a la refinanciación de las tarjetas?

-No solo a eso, sino con las líneas de crédito para comprar computadoras, motos, por lo que el banco aportó bajando la tasa. Pero también desarrollamos nuevos instrumentos. La tienda del Banco Nación -Tienda BNA- se convirtió en una manera de vincular a la gente con el banco. Para docentes y alumnos emitimos 25 mil créditos para computadoras, después 10 mil para el sector universitario, ahora con los abuelos del PAMI se van otras cinco mil. Todo con una tasa sumamente baja para lograr que todos accedan a la tecnología muy importante para nuevos tiempos. El teletrabajo obligó a adquirir tecnología que no estaba disponible, y en el caso de las Pymes fueron 250 mil millones en el año que incluye todas las empresas. Ahí hubo capital de trabajo, líneas y en último trimestre del año se activaron las primeras demandas de inversión, lo cual es un indicador interesante. El gobierno nacional y las provincias nos piden financiar el crecimiento. Hay datos que marcan un crecimiento y podemos financiarlo.

-¿Hay algún sector en especial que estén mirando?

-A nivel nacional miramos textil, sector agropecuario e industrial, electrodomésticos que tiene demanda de inversión importante. Yo veo por muchos lugares estos. Para hablar con claridad, la recuperación no será pareja.  La Argentina va a avanzar a ritmos distintos, regional y sectorialmente, y el arte nuestro deberá ser cómo hacer para que el país sea uno solo a pesar que los ritmo no lo sean.

Expectativas.

Eduardo Hecker se muestra como un hombre abierto, seguro y firme, pero especialmente optimista. Volverá a compararse con Carlos Melconián y Javier González Fraga varias veces, pero terminará por anclar su mirada en el futuro, punto donde parece más complaciente que realista.

Dos Florines le preguntó acerca de qué piensa que hará el Banco Central con las expectativas del mercado para mover el piso de la inflación y subir las tasas. Aquí otra vez es optimista.

En este punto asegura que no tiene la información necesaria y podría opinar como economista, pero no conoce lo que haría la autoridad monetaria nacional. “Ojo con la tasa de interés porque es un riesgo en un país que tiene la profundidad financiera tan baja como la argentina. La tasa de interés es un elemento relativamente útil, pero no siempre tiene la efectividad que se espera”, sentencia.

“Fijáte lo que pasó en la gestión anterior; para detener la inflación subieron las tasas de interés a las nubes y terminaron afectando el tipo de cambio. Entonces la tasa no es la única herramienta posible. La política económica es un arte, vos vas poniendo las instrumentos que tenés en un esquema variable. Si vas a hacer política económica con las tasas, termina siendo desastrosa. Confiaron en que podían contener en un esquema ortodoxo, es como querer doblar sin acelerar; y no hay cómo hacerlo. No hay profundidad, no quiero decir que no existe. Fijáte que hoy las tasas de interés el BCRA le puso un piso ante la necesidad de contener la inflación en un momento determinado. Nosotros mismos en el banco pusimos a disposición de los productores agropecuarios depósitos vinculados al dólar, y funciona bien. O través de una empresa vinculada al Banco Nación: Carlos Pellegrini Sociedad de Fondos Comunes de inversión, que ofreció rendimientos al 76% anual.

Estamos dando alternativas y puede crecer para que el productor no se vaya al dólar. El mejor de los mundos es un país donde la gente compra en pesos

¿No están interviniendo en el mercado de cambios como “manos amigas”?

No, el BCRA no lo pide y nosotros no lo hacemos. El BCRA está recomponiendo sus reservas comprando dólares, el mercado informal está más tranquilo, y eso genera mayor tranquilidad, aunque es un mercado chiquito.

-¿El gobierno llegará con las variables controladas, mientras espera la cosecha?

-Yo creo que sí. Viene la cosecha y creo que todos los que tienen que liquidar exportaciones tendrán racionalidad y se puede apostar a compatibilizar los intereses. No se puede apostar al exceso por las dudas, y si exporto o no lo hago, liquido o no. Ninguna locura, y podemos tener cierta normalidad y recomponer las tasas de crecimiento con cierta anticipación. Nos va a quedar pendiente una tarea pendiente que es bajar la tasa de inflación. Hay que alinear los precios relativos, bajar más tasas, pero es difícil. La economía lleva muchos años en crisis y a eso se le subió la pandemia que es totalmente inesperado.

La mirada oficial sobre Vicentín

Acerca de Vicentín, Eduardo Hecker decidió hablar sin eufemismos ni ataduras; y su respuesta fue integral, abierta y equidistante. Dejó un puñado de explicaciones que satisfizo la inquietud periodística que buscaron la voz oficial más importante sobre el tema.

“El problema de Vicentin fue un crédito que se originó en un momento que no parecía tener problemas pero después hubo un proceso largo de cancelaciones y retomas que excedieron las posibilidad de asistencia crediticia del banco. Particularmente, hay una norma que dice que ningún riesgo concentrado en un solo deudor puede superar el 15 % de la responsabilidad patrimonial computable del banco, y esto es para evitar que un deudor pueda poner en riesgo a la institución. En el caso de Vicentín, los procesos de retomas y cancelaciones, en pesos del banco, por la devaluación en el caso de los créditos que estaban tomados en dólares y por el deterioro patrimonial del Banco Nación”, comienza explicando el banquero.

Hecker dice que en su gestión tomaron la decisión que nunca más en adelante, a través de una norma, ninguna empresa puede superar el 5 % y 7%, en el caso que sea un grupo de empresas. Agrega el funcionario que no podría ser que pase ahora que se dispare al final del crédito. El banco se excedió y superaba el 15 % en el caso de Vicentín. “Llegó a ser un problema gravísimo, porque era un banco que había perdido patrimonio y encima tenía este problema. Esto genera una caída de la rentabilidad, una pérdida patrtimonial, y hay un tema conceptual que tiene que ver con el tema de la propiedad privada, que es la principal distorsión de todo lo que se ha hablado. La propiedad privada de todos los productores: ¿las cooperativas que fueron damnificadas no valen?, porque en definitiva es la plata de los depositantes del Bancos Nación; ¿o la propiedad privada vale cuando son 10 familias y no 10 millones como son los depositantes del Nación?; ¿Cuál vale más?”, interrogó sin esperar respuestas. Y ni falta que hizo.

Eduardo Hecker fue más allá y explicó algunos detalles del contexto que resultaron más que jugosos e ilustrativos.

Dijo de viva voz que cuando hicieron algunos estudios encontraron lo que se llama el velo societario, que es esto de los movimientos poco claros dentro de las empresas del grupo. “Después está el balance 2019, y más allá de los problemas que el banco tuvo en sí mismo, hay un montón de maniobras difíciles de advertir. Está lo que dijimos del velo societario, las maniobras de información falaz. El balance 2019 se presenta meses después y eso es un tema del juez Concursal Lorenzzini, que acepta eso, aun cuando el auditor externo -KPMG- decide no acompañar y consiguen un contador del barrio que le firme. Cosa rara”, sentencia.

Avanza argumentando con información  Ahora, cuando uno mira toda la información disponible -que no ha sido desmentida por el auditor externo- recuerda que “hay, al menos, hay uno 800 millones de dólares que estaban en bienes de cambio, es decir en granos, que no se transforman en nada. Se pierden, se evaporan. Ni en aceite, ni en cuentas a cobrar, no están como activos, se fueron sin saber dónde. Son 800 millones de dólares. Tendrán que explicarlo. En los productores, que son los acreedores comerciales, hay muchísima bronca, en la Bolsa de Comercio hay también mucha bronca. Creo que nosotros si no queremos que se termine licuando, tenemos cobrar la deuda de 300 millones verificadas en  dólares, mientras a otros se le verificaron en pesos”, concluye explayándose en el tema.

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