Por Julio Panceri – CPN – Consultor – Docente universitario
El resultado de las PASO sorprendió a propios y extraños, siendo la economía el punto de mayor impacto y resonancia debido a nuestra acostumbrada y ya antigua vulnerabilidad socio – política en un régimen súper presidencialista.
Aunque parezca extraño, las elecciones primarias nos dejaron un presidente en ejercicio que es candidato a su reelección en Octubre y otro candidato (Fernández) que obtuvo la mayor cantidad de votos dentro de su espacio, pero todavía no ha sido elegido para el cargo (es otro candidato más), se le ha dado el triunfo virtual y se pretende asignarle responsabilidades que no le corresponden. Esto hizo, que parte de la economía Argentina (especialmente el sector financiero) adelantara sus expectativas y ansiedades sobre el tipo de cambio. Dando la idea de que no hay confianza en la gestión actual y lo que es peor, tampoco hay confianza en la gestión que viene, muestra de ello es la escapada del tipo de cambio y del riesgo país (1.640 puntos el día viernes).
Los argentinos, jugamos con la gobernabilidad y llevamos esos problemas al plano económico, sin tomar conciencia de los efectos que genera (más aún en un país que hace años 11 años que no crece de manera real y tiene un nivel de pobreza que ronda el 30% de la población).
Golpe.
El gobierno, acuso el “golpe” del resultado de las PASO y en busca de oxigenar este último tramo de administración acepto la renuncia de Dujovne y designo como nuevo Ministro de Hacienda a Hernán Lacunza (se desempeñaba como ministro de Hacienda de la provincia de Buenos Aires), quién tendrá que brindar una señal política de renovación y generarle a la sociedad calma y confianza.
Asimismo, esta semana que concluyó, el Ejecutivo Nacional puso en vigencia un paquete de medidas con el objeto de aliviar los bolsillos de la clase media y reactivar el consumo, o al menos que no se sienta el impacto directo de la devaluación. Todavía sigue la discusión si las medidas son de tono electoralista o sencillamente significan un cambio de rumbo, pero esto es difícil de dilucidar en medio de una campaña política.
Esta semana que comienza, el Banco Central deberá definir qué hará con el tipo de cambio, ya que él esquema de “bandas de flotación” o mejor dicho “zona de referencia cambiaria” quedo en off side ($ 39,755 – $ 51,448). Por otro lado la inflación del mes de julio fue del 2,2%, índice que obviamente quedo en el olvido, una devaluación del 25% en una semana deja por el piso las expectativas anuales de inflación.
El tipo de cambio, cerró la semana en 57,00 (dólar billete Bco Nación), el viernes pasado antes de la paso la cotización era de $ 46,20. El Banco Central, trato de contrarrestar la corrida con el manejo de la tasa de referencia que cerró el viernes en 74,97% anual (el viernes anterior a las PASO la tasa se ubicaba en 63,70% anual) igualmente hubo que emitir para devolver pesos de las Leliq que no se renovaron, además el Central ordeno a los Bancos disminuir la tenencia de dólares para aumentar la oferta, como también se realizaron licitaciones de U$S los días 12,13 y 14. El Banco Central dejó claro que no quería sacrificar reservas, obviamente la corrida del día lunes fue apurada por una demanda con pocos dólares que tuvo su caja de amplificación en la incertidumbre y vulnerabilidad política del momento.
Esta semana que comenzamos, será importantísima para conocer donde estamos parados después de las PASO, como sigue la campaña electoral y que grado de calma tenemos en el ambiente para seguir trabajando y tomando decisiones diarias, en un contexto de transición hacia el 2020.
Efectos.
Las medidas para alentar el consumo, que ordeno el gobierno nacional y que tienen que ver con reducción de impuestos (ganancias, monotributo, IVA, congelamiento de combustibles, Etc), de alguna manera disminuyen (no de forma significativa) los importes que reciben las provincias vía coparticipación. Ante esto y en un reclamo que tiene más tinte político que económico – financiero (especialmente en los sectores opositores, más ahora con los números que arrojaron las PASO), los gobernadores expresaron su preocupación.
El impuesto a las Ganancias se coparticipa en un 100%, monotributo 30% para las provincias y 70% para Anses, IVA se coparticipa el 89% y el 11% restante Anses. Lo que dejaran de percibir las provincias en concepto de coparticipación durante septiembre, octubre, noviembre y diciembre por ganancias y monotributo serán $ 29.654,00 millones (informe de la Comisión Federal de Impuestos). En este periodo Entre Ríos dejará de percibir $ 1.344 millones, Córdoba $ 2.518 millones y Santa Fe $ 2.535 millones.
En lo que respecta a la coparticipación de IVA, es más difícil su cálculo, ya que no se puede apreciar con antelación el grado de consumo de los productos que no están gravados y los que sí.
Por ahora, lo que tendremos serán discusiones políticas con respecto a lo que cada provincia debiera recibir en concepto de coparticipación que derivan de este proceso electoral. Se debe considerar, que las provincias han tenido en la coparticipación y la relación con el gobierno nacional una buena herramienta para sanear sus cuentas. El cuadro que sigue, ha sido elaborado por la Comisión Federal de Impuestos y muestra el impacto de la reducción de ganancias y monotributo sobre los montos que recibirán las provincias en concepto de coparticipación.
Julio Panceri
