Por Carlos Alberto Sosa – Consultor
El vocablo latino gradus derivó, en el latín medieval, en gradualis. Este término llegó a nuestro idioma como gradual, un adjetivo que alude a aquello que se desarrolla de grado en grado. En el sentido más amplio, gradual es aquello que se realiza poco a poco pero de manera continuada. El gradualismo, por lo tanto, supone que un desarrollo se lleva a cabo lentamente, y no de forma abrupta. El gradualismo es la creencia según la cual el cambio ocurre, o debe ocurrir, lentamente en forma de pasos graduales. En política, el gradualismo es una hipótesis que postula que el cambio social puede lograrse mediante pequeñas y discretas mejoras, más que a traves de movimientos abruptos como las revoluciones.
Entonces, ¿existe el liderazgo “gradual o paso a paso”?
La misión de un líder es lograr influencia. Los líderes cuentan con valores personales, ideas, convicciones y estrategias; para conseguir dicha influencia. Este proceso, consta de 3 (tres) capítulos de acción que el líder desarrolla para ampliar las posibilidades de las personas.
1) A nivel ético y personal: A) Transmitir valores. B) Desarrollar personas. C) Fomentar el compromiso personal y social.
2) A nivel emocional: A) Brindar confianza. B) Generar y contagiar entusiamo. C) Inspirar a otros.
3) A nivel metodológico:A) Optimizar el rendimiento individual. B) Ampliar la inteligencia colectiva. C) Promover el estudio de procesos.
De otra forma, podríamos decir, que estos son los principios o patrones de referencia que debe perseguir un líder; independientemente, de las ideas, estilo de conducción o ámbito, en el que se pretende aplicar el liderazgo. Por lo cual, impulsar valores como la honestidad, solidaridad, autoridad moral; que hacen a los cimientos del liderazgo, no son graduales; son aspectos concluyentes, son o no son. Esto significa, que los principios y cursos de acción, sobre los que incursiona un líder, a nivel ético y personal, nivel emocional y metodológicos; son terminantes. El líder con influencia positiva es aquel que es honesto, posee autoridad moral, es digno de confianza, desarrolla a las personas, orienta sus esfuerzos para fomentar el compromiso, la solidaridad, genera entusiamo; no tienen nada que ver con el gradualismo. Esta idea expresa, que un líder es honesto, no tiene un grado de honestidad primero y luego otro grado superior; se es honesto o no se es honesto. En las raíces de un líder, no hay gradualismo, no hay lugar para aplicar la ética paso a paso, el buen líder es solidario, comprometido, convive con los valores que transmite de manera concluyente. En una situación extrema, sino se contara con herramientas de trabajo, el recurso es él. Un atributo decisivo en el ejercicio del liderazgo, es su autenticidad y determinación; ellas son absolutas. Lo que no implica, que en la construcción de poder deba ir conquistando la confianza de su gente, cimentando su credibilidad. El liderazgo posee aspectos estáticos y dinámicos. Los primeros de ellos son rígidos, de base, como son los valores, principios, modelo de liderazgo, ideas, formas y enfoques. Los aspectos dinámicos tienen que ver con la puesta en marcha, la planificación y gestión de los procesos de cambios, la velocidad para hacer operativas las decisiones del camino elegido, la implementación o ejecución de los ideales. Es decir, los aspectos estáticos de base, tienen que ver con elegir los lineamientos: derecha o izquierda, abierto o cerrado, horizontal o vertical, permisivo o autoritario, norte o sur, influencia positiva o negativa. Estas son decisiones estratégicas del liderazgo, aca no hay “paso a paso”; se toma un rumbo que tiene que ver con un modelo.
¿En qué cosas puede ser gradual un líder?
El gradualismo existe, una vez elegido el rumbo y el modelo, en la operativización de los cambios de algún aspecto de ese modelo. Un líder tiene ámbitos de incumbencia, como pueden ser alcanzar determinadas metas, objetivos de gestión; ya sea en los aspectos financieros, económicos, productividad, uso de los tiempos, establecimiento de procesos, implementación de sistemas, innovación tecnológica, etc. Un líder puede seleccionar un horizonte temporal para alcanzar una meta económica, un objetivo comercial y/o la implementación de un sistema. Es decir, una vez definido el modelo de liderazgo, queda por resolver la velocidad de marcha, el tiempo en el cual se van a cumplir las metas, como se ejecutará el paso a paso de la implementación. Pero ese gradualismo no define los cimientos del liderazgo, no afectan la elección de la honestidad, solidaridad, valores y confianza del líder. Por lo cual, es fundamental el uso de una herramienta clave de influencia en el liderazgo, como es la comunicación consciente. Si la comunicación es clara, específica, directa, realista y oportuna; se fortalece la credibilidad social; sino, ante el menor desvío de la planificación se generarán mas incertidumbres que certezas.
Conclusiones
Si la administración de una organización, un gobierno; eligen el modelo de libertad de mercado, integrado al mundo, abierto y participativo, que la información sea un insumo a compartir, gestión transparente con alto uso de la tecnología, desarrollar personas, trabajar en equipo; ese enfoque ya ha optado la base sobre la que se ejecutará el sistema de liderazgo (aspectos estáticos o estructurales). Por el contrario, una organización o nación, puede adoptar un sistema económico cerrado, rol activo del estado en la economía, conducción vertical con rol presidencialista , información pública limitada, asistencia permanente; etc. En ambos casos, sea ha elegido el rumbo, modelo y las bases del liderazgo. Luego se optará, a que velocidad se elaboraran los cambios para los lineamientos estratégicos escogidos. Distinguir estos aspectos dan un marco de luminosidad, para saber si se esta discutiendo el modelo de liderazgo que queremos o la gradualidad con la que nos proponemos alcanzar las metas, dentro de un camino elegido. Repetimos, la gradualidad o el paso a paso, no determina el sistema y modelo de liderazgo elegido, tiene que ver con la celeridad que se pretende alcanzar las metas. Lo cual no significa, que la definición del horizonte temporal para ejecutar los cambios sea una tarea menor. Una mala planificación e implementación de los cambios, generan dudas, afectan la confianza; en ocasiones hace vacilar los aspectos estructurales o de base del liderazgo; producto de la confusión que genera el episodio. En este punto, incide significativamente la historia, acontecimientos, creencias y juicios de valor, que se posea sobre la situación. Cuando hablamos de gradualismo, entonces, no estamos hablando sobre el liderazgo, sino con la prontitud que proponemos los cambios.
(*) Consultor de Empresas. Contador Público Nacional. Mg. Administración de Empresas. Especialista en RRHH y Dirección de Negocios. Pos título de Neurociencias. Coach Ontológico. Neuroliderazgo. www.sosayasociados.com
