ENFOQUE

Statistik: En el camino hacia un nuevo paradigma

Gustavo Sánchez Romero / DOS FLORINES

Quizá porque hace apenas 50 años que la provincia escapó de su ontológica insularidad geográfica, o por esa antediluviana presunción que habiendo el territorio vacas, granos y aguas no hacía falta nada más, o bien porque la dirigencia política tuvo un fuerte sesgo patriarcal con la convicción que la institucionalidad es una prerrogativa peligrosa en manos de la sociedad civil, en la Entre Ríos hubo poco menos que un desprecio hacia el desarrollo de las estadística. Y lo que es peor aún: este sentimiento se apoderó de gran parte de los dirigentes de las entidades empresarias –jóvenes aun, es cierto- que si bien lo declamaron de viva voz, no pusieron en estos años los esfuerzos necesarios para dar un salto cualitativo en la materia. Si esta afirmación puede parecer injusta o falaz a primera vista de alguien que lee el diario del lunes cómodamente sentado en el living de su casa, habrá sólo que echar un vistazo a las provincias vecinas para advertir que Córdoba y Santa Fe poseen desde hace años estructuras estadísticas generales como indicadores sintéticos pero también relevamientos sistémicos regulares sectoriales: comercio, industria, maquinaria agrícola y autopartes, servicios, etc. Habrá que configurar, inevitablemente, que cuando se habla de brecha en la Región Centro y que Entre Ríos es la hermanita menor no hay nada de romántico y pueril en esta afirmación, y que allí reside, precisamente, la madre del borrego.

Esto ha conminado tanto al sector privado como al público al cierto chapuceo a la hora de nadar en las aguas de los datos de la realidad, sin perjuicio de los indicadores que pueden aportar la Dirección de Estadísticas y Censos o el Producto Bruto Geográfico, que siempre queda lejos. Nobleza obliga, hubo también intentos individuales o sectoriales que pecaron de inconstantes y epidérmicos que hicieron eventuales aportes inconexos o fragmentados.

De allí que la presentación este jueves del Indicador Sintético de la Actividad Económica de Entre Ríos, nada menos que en un ámbito económico y con la presencia de las principales autoridades públicas y las cámaras empresarias debe leerse como una discontinuidad en una aletargada saga en el tiempo que deberá romperse si se aspira a un escenario distinto a futuro.

Avances.

Las economías desarrolladas del mundo hacen culto de un sistema moderno y eficiente de estadísticas. Las provincias argentinas más desarrolladas, también. Entre Ríos tiene por primera vez un método científico para evaluar el comportamiento en el tiempo de sus principales variables productiva y podrá ofrecer una plataforma estadística para el diseño, control y corrección de políticas públicas, pero también números fiables para la toma de decisiones en el sector privado, especialmente toda vez que se piense en la radicación de una inversión en el territorio.

Pero ese es sólo un punto del intríngulis. Todo indica que se han discontinuado comportamientos que no convergían en este objetivo y que marcan también la llegada de un nuevo tiempo: a) la inocultable y pertinaz desconfianza entre los sectores públicos y privados parece haber entrado en una fase de evolución; b) desde las cámaras empresarias se avanza hacia un entendimiento que tener estadísticas serias coloca a la provincia en otra dimensión que redunda también en beneficio de ellos, pero para lo cual es necesario invertir dinero y aportar a un esquema general; y c) que la universidad toma el toro por las astas y que se pone a la cabeza de un proceso que le da una visibilidad y protagonismo distintivo, superando el histórico y consuetudinario aislacionismo.

Llamó la atención la ausencia de dirigentes empresarios de importantes entidades, pero las vacaciones podrán actual como atenuante en este caso. 

El Estado con el aporte de su infraestructura y alcance, los privados con el empuje y la orientación y la universidad con el reticulado de metodologías y capacidades técnicas han dado un gran paso para revertir un esquema de compartimentación y desidia en este punto, colocando a sus mejores hombres y mujeres al frente de la iniciativa.

No es casualidad que se haya utilizado entonces el ámbito de la presentación para susurrar al oído de la realidad la necesidad de contar con otra vieja aspiración: contar con una agencia provincial de exportaciones e inversiones. Aun cuando estos sean dos conceptos bien diferenciados y que demandan esfuerzos disimiles –lo que permitiría suponer la opción que se conformen dos estructuras nacidas del mismo óvulo pero con personalidades individuales-, todo indica que después de mucho tiempo y pensando en lo que pide la jugada de los nuevos y cambiantes tiempos, la provincia está dando los pasos en el sentido correcto. La sociedad viene reclamando la creación de observatorios y plataformas de datos a muchos sectores, y la economía social de la provincia esta semana también hará un anuncio en este sentido.

Futuro.

Aunque cueste advertirlo hoy día, se ha abierto un grieta en el oscurantismo estadístico y los actores que participaron de la acción integrada pueden anotarse un poroto en el juego del futuro. El resto dependerá de sostener el espíritu, y para ello el Estado deberá apuntalar los procesos. Porque en definitiva, no es otra cosa que una de las políticas de Estado más importantes de las últimas décadas. Es que de eso se tratan las estadísticas. El término proviene del alemán: statistik. Fue introducido originalmente por Gottfried Achenwall en 1749 y se refería al análisis de datos del Estado, es decir, la «ciencia del Estado», en el límite entre la ilustración y el Estado Absolutista. Recién a mediados de siglos XIX el término estadística adquirió el significado de recolectar y clasificar datos.

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