ENFOQUE

A cuatro años de lo que los uruguayos llaman “una empresa ejemplar”: UPM

En la noche del 9 del noviembre de 2007 unos 200 técnicos uruguayos y finlandeses dieron comienzo al proceso productivo y salió el simbólico humo de la chimenea de Botnia, abriendo una herida que aún sangra entre uruguayos y argentinos. La historia de una inversión que pudo radicarse en Entre Ríos y el funcionamiento actual de una compañía que cambió la historia de Uruguay y de la cual se sienten orgullosos.

Gustavo Sánchez Romero   /  Dos Florines

 

 

 

“En la madrugada de hoy se comenzaron a procesar en la planta de Botnia en Fray Bentos las primeras astillas de madera (chips). El proceso de puesta en marcha se viene realizando de forma fluida y de acuerdo a lo planificado. Al iniciar el proceso de puesta en marcha se encendió la caldera principal con fuel oil para generar el vapor de alta presión necesario para producir energía y calentar los distintos sistemas dentro de la planta, particularmente el digestor. Este proceso puede generar emisiones esporádicas de humo que no producen impactos negativos al medio ambiente o a la salud de los pobladores. Una vez que el digestor alcanzó la temperatura necesaria, se comenzó con el proceso de cocción de la madera que permite obtener la fibra para producir la celulosa. Un equipo de más de 200 técnicos uruguayos y finlandeses por turno, están trabajando en este proceso”.

Así comenzaba el comunicado de prensa que Botnia UPM difundió el sábado 10 de noviembre de 2007, marcando de un hito de un proceso que había comenzado muchos años antes y que estaría llamado a constituirse en uno de los picos de conflicto más álgidos entre la Argentina y Uruguay, y cuyas secuelas aún hoy suelen conmover el débil equilibrio que se ha conseguido.

A cuatro años del día D para los habitantes de ambas costas del río Uruguay, UPM ha logrado sobreponerse a los avatares del proceso de inversión más importante del país hermano (más de 1.100 millones de dólares), pero los reclamos no se aquietaron con el salomónico fallo del Tribunal de La Haya, aunque el conflicto sólo se manifiesta hoy de manera esporádica y epidérmica en algún movimiento inorgánico de lo que fue la poderosa reacción de los ambientalistas de Gualeguaychú.

 

Historia.

Según expresa ayer el Eco Prensa del ICI (Instituto de Ciencia e Investigación del Uruguay), las inversiones de UPM en Uruguay comenzaron en 1990 a través de la empresa Kymmene, quien junto a la compañía Shell fundaron una sociedad para realizar pruebas piloto de plantaciones de eucalyptus. En 1991 comenzaron con la contratación de personal, las primeras plantaciones y el armado del vivero, donde se haría el proceso de desarrollo genético. El objetivo era producir eucalyptus para la creciente industria de celulosa bajo la ley forestal aprobada por todos los partidos políticos de Uruguay en 1987.

“Los albores de esta producción estuvieron llenos de desafíos y suponían grandes cambios en la comprensión por parte de los productores y de la ciudadanía en general, sobre las ventajas del desarrollo forestal en tierras no productivas para actividades tradicionales de la agropecuaria y su complementariedad con éstas. UPM desarrolló entonces el concepto del “cultivo de árboles”, como forma de hacer comprender que la forestación no se reduce a plantar árboles y esperar que crezcan”, expresan los especialistas orientales.

La actividad forestal supone un gran esfuerzo de profesionalización, de aplicación de tecnologías, de desarrollo genético. Además, supone implementar avances en el manejo de los predios forestales, los controles de incendios, la compleja logística del transporte de la madera, entre otras actividades. Con el desarrollo forestal UPM se abocó también a avanzar en la comprensión y aplicación de los derechos laborales, del manejo sostenible de los suelos, de la responsabilidad en materia ambiental y del compromiso de las empresas con las comunidades a las que se vincula.

Expresan desde ICI que el año 1997 marcó un hito en la historia de la empresa: fue el turno de la primera cosecha de madera. La empresa comenzó a comprar montes en pie, organizar el departamento de cosecha y vender rolos. También, el 4 de enero de 2001 fue otra fecha clave: Forestal Oriental se convertía en la primera empresa en Uruguay certificada de acuerdo a los principios y criterios de FSC, Forest Stewardship Council, entidad internacional cuya meta es promover un manejo ambiental responsable, socialmente beneficioso y económicamente viable de los bosques del mundo.

En 2003 se compró a Shell el 60 % del paquete accionario de Compañía Forestal

Oriental S.A. y en 2006 ésta se fusionó con Tile Forestal bajo el nombre de Forestal Oriental S.A., empresa que desde 2009 es 100% propiedad de UPM.

Ese mismo año UPM, que formaba parte de Botnia Uruguay, adquirió el 91 % del

paquete accionario de la compañía. UPM en Uruguay

 

Indicadores.

Según esta fuente, actualmente UPM genera 3400 puestos de trabajo directo en toda la cadena productiva con un 99 % de empleados uruguayos.

Asimismo, genera más de 4000 puestos de trabajo en actividades asociadas.

UPM cuenta con un vivero modelo en Latinoamérica ubicado en Paysandú que produce

20 millones de plantines anuales. Además, posee plantaciones de eucalyptus que se extienden entre los departamentos de Río Negro, Paysandú, Soriano y Tacuarembó. UPM desarrolla en este aspecto un programa de fomento con productores rurales a los que apoya con su experiencia y tecnología permitiendo la apertura de un nuevo rubro rentable de actividad.

“Por su parte, la planta de Fray Bentos es la de mayor producción del grupo, y cuenta con tecnología de vanguardia en materia de producción que garantiza una óptima gestión ambiental y un enfoque productivo sostenible. La planta se autoabastece de energía a través de biomasa y genera un excedente entre 25– 30 MW que vuelca a la red de UTE, lo que significa, en promedio, el abastecimiento a 150.000 hogares. UPM es una empresa líder en el sector forestal, papelero y de energías renovables a nivel

Mundial”, subrayan.

La compañía se define como The Biofore Company; un concepto que se apoya en pilares básicos como la energía renovable, el cuidado del medio ambiente, el desarrollo de las comunidades y la mejora de la calidad de vida.

En la compañía trabajan cerca de 24.000 personas y existen plantas industriales en 15 países. Las acciones de UPM cotizan en la bolsa de Helsinki y en el Nasdaq OMX.

Durante los últimos años, UPM se ha dedicado al desarrollo de nuevos negocios, como las etiquetas e incrustaciones RFID de madera y plástico y biocombustibles.

 

Controversias.

Entre Ríos tuvo un rápido crecimiento de su sector forestal como consecuencia de una mirada estratégica del Estado provincial, especialmente del tres veces gobernador Jorge Busti, quien estimuló la inversión en el sector forestal, pasando del 3 % del área implantada en el país al 15 % entre la década del 70 y los ’90, quizá como una forma de compensar las oscilaciones económicas del sector citrícola cuyas crisis ponían en jaque a las economías del noreste provincial.

Este crecimiento sólo podía tener un objetivo: agregar valor en origen con la instalación de una planta de celulosa que brindara un fuerte impulso a una industria que posee como fortaleza la gran utilización de recursos, la alta movilidad de factores económicos y la capacidad de estímulo a la producción primaria e intermedia ante una demanda mundial que no deja de crecer.

Es en este marco varios fueron los intentos y conversaciones que desde el Gobierno provincial se hicieron para lograr radicaciones de plantas de elaboración de pasta de celulosa a partir del eucalipto entrerriano y de toda la Mesopotamia.

La más cercana fue la que, también a instancias de Busti, hizo converger a la empresa tabacalera Nobleza Picardo (British Company), el City Bank (que había adquirido Celulosa Argentina) y el grupo nacional Arcor, que evaluaron invertir, a comienzos de la década del ’90, cerca de 900 millones de dólares en la margen oeste del Río Uruguay, en la costa de Nueva Vizcaya o Puerto Yerúa, aunque luego se aconsejó que la mejor locación sería en el límite con Corrientes. La empresa canadiense Simmons & Reid Collins, con el aporte de profesionales locales, realizó los estudios de prefactibilidad (con un costo de U$S 600.000) y dio el respaldo técnico, y sólo la muerte imprevista de Fulvio Pagani en un accidente automovilístico en Uruguay desactivó el proyecto. Se asegura que estos mismos players estuvieron vinculados a la radicación que se realizó en el Uruguay.

Más tarde, Botnia fue también una de las interesadas, y muchos son los rumores acerca de los motivos por el cual decidieron, finalmente, radicarse en Fray Bentos.

 

Esquema.

UPM Se encuentra en la ribera del Río Uruguay, a 4 kilómetros al este de la ciudad de

Fray Bentos. Su capacidad de producción es de 1,1 millón de toneladas de celulosa blanqueada de fibra corta de eucalipto.

La celulosa se envía en barcaza desde la fábrica hasta el puerto de aguas profundas de Nueva Palmira para su carga en buques trasatlánticos con rumbo a Europa y Asia.

Forestal Oriental, una subsidiaria de UPM, proporciona la madera y cerca del 70 % de la materia prima proviene de sus propios bosques.

La fábrica utiliza la mejor tecnología disponible y la misma no genera impacto negativo sobre el medio ambiente. Ya sea de forma directa o indirecta, las operaciones de la fábrica dan empleo a varios miles de personas. Según ICI, estos son los principales indicadores:

Capacidad de producción: 1.100.000 toneladas al año Especialización de calidad:

Producción de celulosa apta para la fabricación de papel satinado y de seda.

Consumo de madera: 3,9 millones de m³/año

Personal: 352

Certificados: Cadena de custodia FSC

Transporte

250 camiones contratados y gerenciados por FO

350 viajes por día promedio

12,500 m³/día promedio

 

Continuará.

El comunicado de la empresa, cuatro años atrás, concluía con la siguiente máxima: “Todas sus fábricas emplean las mejores técnicas disponibles, lo que garantiza un desempeño ambiental acorde a los estándares más exigentes a nivel internacional, posicionándola como una de las empresas líder en cuidado ambiental”.

Los habitantes de Gualeguaychú, en gran parte, no piensan lo mismo, y no están dispuestos a resignar sus argumentos ante la fáctica sentencia de la realidad imponga hoy una pérdida del apoyo popular al reclamo y una merma en la propia fortaleza de un nucleamiento que marcó una modo de reclamo que trascendió las fronteras y que fue modelo mundial de reclamo pacífico, aunque no haya logrado el objetivo planteado: cerrar Botnia.

Para otros, Entre Ríos perdió una posibilidad clave en su historia y la “Ley de la Madera”, que lleva el número 9759, sancionada en los primeros meses de 2007, aún con la última gestión de Jorge Busti que torció su concepto por el empuje popular, y que prohibió la exportación de materia prima de eucalipto desde Entre Ríos para ser utilizada en las celulosas de Uruguay, no hizo más que desalentar al sector y retrotraer inversiones.

Fuentes muy confiables aseguran que los empresarios forestales se encuentran en estado de desánimo, y compañías como Masisa o Iberpapel, como los dirigentes de AFOA que lo dicen de viva voz, manifiestan su malestar.

La historia aún no termina, y quizá deban sobrevenir nuevas generaciones y los entrerrianos sean persuadidos por registros confiables y serios de que la contaminación de UPM sobre el río Uruguay y el ambiente es sólo un mito para que la historia retome la senda de décadas anteriores. Por ahora no es mucho más que una quimera.

Fuente: Gustavo Sánchez Romero / Dos Florines en base a datos de ICI.

 

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