ENFOQUE

Berenzstein: “El malestar, con pesimismo creciente, marca un cambio de clima”

El titular de la consultora Poliarquía y prestigioso analista Sergio Berenzstein estuvo este jueves en Santa Fe invitado por Sancor Seguros y brindó un amplio panorama sobre el momento del país, la imagen de la presidenta y cuáles son las expectativas de la población a partir de sus reconocidos y certeros relevamientos. Un extracto de su disertación muestra que el país atraviesa un nuevo momento crítico con cheques del Estado que pasaron de 5 millones a 13 millones en 10 años. Redacción Dos Florines.


La confianza cae mucho en los últimos meses, con una compensación con lo de YPF, pero pone el índice en el promedio de los últimos años. Nosotros medimos esta confianza ponderando cinco indicadores elementales.
En la imagen general del gobierno le preguntamos si cree que a) el gobierno administra la cosa pública en función de los intereses generales;  b)de intereses particulares; c) le preguntamos si administra bien el dinero de los contribuyentes; d) si es corrupto o no; y e) si tiene capacidad para resolver problemas.
Advertirán que hay una brecha importante en el indicador más fuerte que es la capacidad y el que ha tirado para arriba siempre la confianza hacia el gobierno en los últimos años.
En el caso del gobierno del gobierno de Dilma Roussef no es así, ya que ella es vista con un alto compromiso con la transparencia y en su gestión lo ha demostrado con ocho ministros rotados en un año y medio de gestión.
En la Argentina es la capacidad el principal reconocimiento que se hace a la Presidenta. Cuando analizamos en profundidad la variable capacidad, y le preguntamos a la gente si advierte que el Gobierno ya está resolviendo las principales cuestiones de soberanía, los problemas de seguridad, inflación, etc., vemos que un hoy 15 % dice que si, y fue 20 % en la mejor época de Cristina y fue 3 % en la peor época, después del conflicto con el campo.
Cuánta gente dice que el gobierno no sabe cómo resolver los problemas: 44 %, es decir que hay una de cada cuatro que dice que sabe y tres que no sabe cómo resolverlo. El resto está en el medio.
Entonces cuando se analiza esto entiende porqué estamos ante un gobierno que se siente débil, en general. Sabe que su base de apoyo dura es bastante acotada. Hay un sector que dice que vamos a ver y no sabe bien, y hay un sector que dice que hace todo mal.
¿Qué le pasa a esta gente que dice que el gobierno hace todo mal?
Qué le falta a este 44 % de argentinos que dice que hace todo mal: un líder.
No hay nadie que lo capitalice porque hay un nivel de desgaste importante. La política, como ven se está desgastando. Hay un conjunto de figuras acotadas que tienen potencial presidencial y hay un margen para que surja otra figura, pero por ahora no se ve.

Entorno.
Le preguntamos a la gente ¿Cómo está?
Qué ocurrió desde diciembre a hoy y vemos cómo está el clima en la calle. La caída que hemos experimentado es más rápida en las expectativas de la gente en la caída que la que vimos en la imagen de Cristina. 
Se ajusta la evaluación de cómo está el país, y en el mismo sentido, y en la misma dimensión que en el momento del conflicto con el campo, y el impacto de YPF no parece ser demasiado.
Cuando uno avanza se ve algo interesante: solamente a partir de abril, después de un largo año y medio donde predominaba el optimismo en la Argentina, hay una situación neutra y desde junio empezó a predominar el pesimismo.
Si miramos los indicadores vemos las cacerolas con el malestar general del conflicto con el campo y si vemos hoy nada que ver, pero si advertimos que se puede advertir un situación de pesimismo, por primera vez en mucho tiempo. La tendencia es preocupante. Claramente hay un cambio de clima. 
Los problemas que afectan cotidianamente la vida de gente y vemos que se acumulan las cuestiones económicas vemos que la plata, lo económico, la inflación, y vemos que en las preocupaciones personales y generales, la economía supera la inseguridad.
La tendencia de los últimos meses me da en lo sindicadores que de a poquito vino subiendo la economía en un 30 %, ya superando la inseguridad y otros temas.
También se desplomó la confianza del consumidor, pero no se desplomó en el mismo sentido el consumo interno.
Voy a confesar algo: tuve esta semana dos reuniones que me dejaron perplejo. Una fue con la principal empresa de consumo masivo del país, y otra muy importante, y me dijo el CEO: “Explicáme porqué todo el mundo ve a la economía muy mal y yo vendí 3 % más en volumen que el año pasado”. Tiene una utilidad más acotada por el incremento de precios, como a todo el mundo, pero vende más.
Y lo que está sucediendo es que hay sectores que todavía no sufren los azotes de la desaceleración. Es más, hay sectores específicos de la economía que están usufructuando el momento y otros que se benefician con los errores del Gobierno. Tengo un amigo que vende autos importados de los caros y se dio cuenta que ahora vende estrategias de dolarización, vende dólares oficiales, y un señor le compró dos motos y pidió que no se las entregue porque no sabe donde ponerlas, y sólo la compró para no perder el valor de sus pesos.
Hay sectores que están vendiendo más porque la gente no sabe qué hacer con los pesos y se los está sacando de encima.
Entonces, cuando uno le pregunta a la gente ¿cómo está tu bolsillo?
El 40 % dice que está bien, y 44 % más o menos. Y de qué nos estamos quejando. La micro no está tan mal como las expectativas y entonces el gobierno dice que la prensa miente, pero todos sabemos que eso no es verdad.
El fácil confundirse porque desde adentro no se ve la cosa tan difícil. Saben cuál es el truco, y es que los argentinos aprendimos de lo que se llama economía del comportamiento y de allí que los humanos nos comparamos con otro momento y en otra situación. Si yo me comparo con cinco años o con seis. No me puedo comparar con Hill Gates porque no lo conozco. Los argentinos nos comparamos con un hecho traumático inédito que fue la crisis de 2001-2002, y es muy difícil que un argentino esté peor que en 2002. Pero le voy a dar un dato que puede ser esclarecedor.

Cheques.
Pero acá se esconde algo que nos permite ver la cosa en perspectiva. En el año 2001 se emitían mensualmente en concepto de salarios, jubilaciones, prestaciones, planes sociales, desde el sector público en los niveles nacional, provincial, municipal, es decir la plata que se le ponía al ciudadano en el bolsillo 5 millones de cheques, es decir que uno de cada cinco que laburaba tenía un ingreso del Estado.
Cuando Néstor Kirchner se fue del gobierno el número de cheques alcanzaba el número de 7,5 millones de cheques del Estado, lo que implica un salto del 50%. Hoy se están emitiendo más de 13 millones de cheques.
Es decir que hemos estatizado buena parte del bolsillo, la cabeza, el corazón de los argentinos. Este es el dato. YPF no es lo más relevante, esto es lo relevante. Más de 13 millones de cheques.
Cuando los ingresos aumentan más allá de la inflación está todo bien, pero no está bien como sucede ahora cuando no se aumentan por encima de la inflación. Allí la gente se da cuenta que está perdiendo capacidad adquisitiva. Pero curiosamente, este segmento que está empezando a protestar son los que reciben jubilaciones o prestaciones que no les aumentan. Y se nota si la inflación sube más que los ingresos.
Más aún… se advierte que como se prolongan las negociaciones colectivas y por primera vez en este ciclo inflación están pagando precios nuevos con salarios del año pasado, y todo el mundo se da cuenta del impacto de la inflación.
¿Qué pasa con tu ingreso en perspectiva?, le preguntamos a la gente. Y vemos que se da vuelta, y entonces las perspectivas están en negativo. Y la gente compra electrodomésticos en algo parecido a lo que pasa con los autos. Y lo mismo ocurre con los bienes durables.
Quién vende hoy y a qué precios. Es difícil. El sector inmobiliario que fue uno de los motores del crecimiento hoy dejó de serlo. Hay una expectativa inflacionaria del año en la gente medida por economistas serios que esperan una inflación mediana cercana al 30 %.

Escenarios.
Cómo veníamos y cómo estamos hoy. En tabla de control hay tres escenarios base: a) estabilidad, b) erosión c) crisis.
Nosotros definimos un conjunto de variables argentinizadas y tomamos un tablero de control que se aplica con cualquier gobierno y tomamos: la imagen de Cristina; relación con el partido de gobierno, la fortaleza de la oposición, escándalo de corrupción; crisis energética, inflación, crecimiento del Producto, superávit fiscal, costo de financiamiento soberano, conflictividad social, situación externa (contexto de los precios productos más importantes de exportación comparados con la canasta de monedas para saber si puede haber un conflicto de schok externo por el lado de los precios) y finalmente un índice de conflicto con los medios.
En este cuadro vemos que cuando sube Cristina en el año 2008 vimos que había un 75 % de estabilidad, un 18 % de erosión y 7 % de crisis. Era un gobierno que estaba para quedarse para siempre. Con el conflicto con el campo se deterioran todas las variables menos la cuestión energética.  Seis meses después, se terminaba el escenario con una erosión de 43 %, estabilidad con 33 y la crisis con 24 %. Luego, hacia noviembre de 2010, con la muerte de Néstor Kirchner, seguía predominando el escenario de erosión pero creciendo el de crisis con la guerra con los medios, inflación alta, presión fiscal, el riesgo país muy alto luego de las AFJP, y mucho conflicto en la calle. ¿Y cómo estamos ahora? Con un escenario de predominio de crisis con un indicador en el orden del 41 %, el más alto de toda la historia del Kirchnerismo, luego la estabilidad y tercero la erosión.
Uno no ve una situación dramática de crisis como en el conflicto del campo o una estabilidad notable como había en el comienzo de la segunda presidencia de Cristina.
Conclusión, qué se ve ahora.
Estamos viendo que un malestar creciente, con problemas que se están acumulando, peor ninguno, por suerte, con la entidad suficiente como para instalar un escenario de alta crisis. Capacidad de reversión si el gobierno se abre, dialoga, corrige, sobre todo en la cuestión económica. En un mundo complejo, los principales problemas económicos los genera el gobierno. Son errores no forzados. Uno no ve en la decisión de la presidenta hacerlo por ahora. Existen posibilidades de revertir esos errores. Si predomina una Presidenta con algunas decisiones como vimos en el pasado está en situación de corregirlas, pero si uno ve una presidenta como la que viajó a Angola, obviamente que estamos en problemas.
Foto: La Capital

 

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