ENFOQUE

Gobernadores: billetera versus la grieta

Por Julio Panceri – Contador Público Nacional / Docente Universitario / Analista Económico

Cuanto más se acerca la fecha de presentación de listas para las PASO nacionales, comenzamos a ver con mayor intensidad  cómo se intensifican las negociaciones en el armado de los distintos espacios políticos. Estos movimientos, son el reflejo  de que nadie está convencido de triunfar en la primera vuelta y los gobernadores comienzan a tomar protagonismo en las elecciones presidenciales. Pero con esta volatilidad política a cuestas, el tipo de cambio no mostró grandes variaciones en las últimas semanas y el Banco Central no ha tenido que materializar la amenaza de intervenir, aunque el Tesoro sigue vendiendo U$S 60 millones diarios y la tasa de interés sigue por las nubes. Parece que existe un techo transitorio para el dólar y esto se vio no solo en la oferta de divisas que hubo  por parte del campo, sino también en las operaciones  de dólar futuro. 

Expectativas.

El triunfo de Schiaretti en Córdoba,  su mensaje posterior a la elección y la reunión con el presidente de la nación, puso en evidencia que los gobernadores (nuevos y los que puedan ser reelectos,  de cualquier ideología) miran con mayor expectativa el 2020 que el resto del arco político. Esto es así,  porque los gobernadores (igual que los intendentes) tienen bajo su responsabilidad el hecho de seguir administrando,  más allá de quién resulte  electo presidente de la nación para el periodo 2020-2024 y la idea de una grieta política a manera de declaración de guerra, no entusiasma.

Lo curioso en materia política, pero no en la económica, es que los gobernadores opositores al Gobierno nacional no ven con tan malos ojos la convivencia que han mantenido es estos últimos cuatro años con el Poder Ejecutivo central , habida cuenta que la administración nacional les ha asegurado el envío constante de fondos (coparticipación), ha incrementado los mismos y en algunos provincias ha ayudado a financiar el déficit de sus cajas jubilatorias no transferidas oportunamente a la Nación (Entre Ríos es un caso testigo) como no se había hecho antes, esto además les ha otorgado capital político.

Cuando comenzamos a hablar de “política económica”,  encontramos que el mensaje de varios gobernadores es de tono moderado y como pocas veces coinciden en el concepto de mantenimiento de la “Responsabilidad Fiscal” a manera de premisa para llevar adelante sus administraciones.

Ha comenzado a cobrar fuerzas (por lo menos en los discursos) la idea de que no se puede gastar más de lo que ingresa, pero ciertamente  lo que también frena la idea de acelerar o aumentar el gasto es la realidad de no tener con qué financiarlo, no se puede vía emisión por sus efectos inflacionarios y no hay prestamistas (con tasas viables) en el exterior para las provincias o el Estado nacional, excepto el Fondo Monetario.

Deuda.

Debemos recordar que muchas provincias, entre 2016 y 2017 emitieron títulos de deuda en el exterior (para financiar sus déficit fiscales o permutar deuda existente de corto plazo con bancos nacionales,  por deuda de mediano plazo con mejores tasas de interés), en dólares con tasas entre el 5,5% y el 9% anual y con períodos de gracia para comenzar a pagar el capital solicitado en el periodo que va entre 2019 y 2027, un ejemplo son Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza, Neuquén, Chubut, La Rioja, Tierra del Fuego .

De la misma manera, se escucha en el mensaje de los gobernadores la frase “debemos honrar las deudas”, como forma de transmitir tranquilidad no solo a los acreedores actuales sino también a los potenciales prestamistas o inversores.

La mayoría de las provincias han podido mostrar presupuestos equilibrados para  2019, algunos con mayores o menores dificultades  y otros con la esperanza que la recaudación nacional no caiga para que no se vea resentida la masa coparticipable,  pero con la realidad inobjetable que ha sido un trabajo en conjunto entre las administraciones provinciales y la administración nacional…como debe ser. El Estado nacional estaría cerrando 2019 con una disminución de su déficit fiscal primario al igual que las provincias, fruto de un ajuste en los últimos 10 meses (como pocas veces se ha visto) que ha tenido como principal actor al sector privado y ha impactado de lleno en el consumo interno, donde la baja de la inflación sigue siendo la gran cuenta pendiente  dentro del esquema macroeconómico.

Lo cierto es que la economía  es algo que ocurre en un contexto político determinado y en nuestro país sigue influenciada por la turbulencia electoral, agravada por la espera de la confirmación de cómo se armarán la oposición y el oficialismo con vistas a las elecciones presidenciales. Mientras tanto, los gobernadores necesitan tener un margen de previsibilidad que les permita ver cómo administrarán sus jurisdicciones y se han dado cuenta que la alternativa no viene por el lado de la grieta, sino por un espacio que otorgue sensatez, capacidad de gobierno y les permita asegurar la obtención de los recursos para los próximos años.

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