Una economía trimonetaria: pesos, dólares y Leliq
28/03/2019
Por Ramón Frediani- Economista
El dinero cumple tres funciones en la economía: unidad de cuenta, medio de cambio y depósito de valor. Cumple la primera al expresar el valor de los bienes y servicios en el mercado interno. La segunda función -dinero transaccional- la ejerce para evitar los infinitos inconvenientes que ocasionaría el trueque, si el dinero no existiera.

La tercera función -depósito de valor- la cumple para preservar su valor a lo largo del tiempo, ya sea para cubrirse de la inflación, las devaluaciones cambiarias o del deterioro ocasionado por el precio del transcurso del tiempo (la tasa de interés). Prácticamente en casi todo el mundo, las tres funciones las cumple simultáneamente una misma moneda nacional y un único sistema monetario, traducible a los demás sistemas monetarios del resto del mundo a través de los tipos de cambio.
La primera función es obvia y la cumplen todas las monedas, incluso la nuestra. La segunda función – medio de cambio o dinero transaccional- se satisface también sin inconvenientes salvo ante hiperinflaciones o guerras prolongadas, cuando el papel moneda es reemplazado por un bien físico de valor relativamente estable como sustituto y de aceptabilidad general (dinero-mercancía), o por monedas alternativas de otros países.

Liquidez.
Si bien las Leliq poseen menor liquidez que el dinero fiduciario en circulación (papel moneda) y no son transaccionales, conceptualmente son cuasi-dinero (cuasi-líquidas) al poder convertirse inmediatamente en dinero si no se renueva todo o parte del stock diario de sus vencimientos en poder de los bancos al depender estrechamente del nivel de los depósitos bancarios. En tal sentido, pueden interpretarse como un caso especial de dinero secundario, en cierta medida equivalente al creado por los bancos a través del multiplicador bancario.

En pocos días el stock de las Leliq estará en un equivalente a U$S 25.000 millones emitidas a un plazo de 7 días corridos y el stock diario de sus vencimientos es próximo a U$S 3.600 millones. En otras palabras, en 24 horas o a lo sumo 48 horas ese stock diario de Leliq vencidas puede transformarse en dinero en poder del público.
Pero tanto, el dólar como las Leliq son imperfectos para cumplir en plenitud la función de depósito de valor. Las Leliq, e indirectamente los depósitos bancarios que las financian, protegen de la inflación en la medida que la tasa de interés neta de impuestos iguale o supere la tasa de inflación, pero no resguarda su valor en términos de una moneda fuerte tomada como referencia (dólar) si la tasa de devaluación del tipo de cambio supera a la tasa de interés de interés neta de impuestos. A su vez, el mantener dólares como depósito de valor, nos cubre ante devaluaciones, pero no nos cubre de la inflación interna si ésta es mayor a la tasa de devaluación del tipo de cambio.
Fluctuaciones.
Dólares, Leliq y pesos son fluidos monetarios que se intercambian diariamente abrazados estrechamente, un Triángulo de las Bermudas, cuyos valores fluctúan en torno a sus respectivos precios: tipo de cambio, tasa de interés y recíproca (o inversa) de la inflación respectivamente. Si se modifica uno, automáticamente se modifican los otros y es obvio que el BCRA no puede manejar a los tres simultáneamente.
Ahora hay poco dinero en circulación, por la meta de crecimiento cero de la base monetaria hasta fin de año, pero ello no impide que haya inflación pues en la economía del Siglo XXI hay dinero digital que permite transacciones por home-banking mediante cobros y pagos instantáneos vía transferencias electrónicas entre deudores y acreedores, sin necesidad del dinero físico. Y si éste es insuficiente, se lo expande con descubiertos en cuenta corriente, préstamos personales instantáneos otorgados por cajeros automáticos, tarjetas de crédito que traen al presente ingresos del futuro, emisión de dinero privado (tickets canasta), etc.
Fuente: El Economista