ENFOQUE

2019: Economía con incertidumbre política

Por Julio Panceri: Contador Público Nacional – Docente Universitario – Analista Económico.

Iniciamos el mes de febrero con la esperanza de dejar muy lejos lo acontecido en materia económica durante el 2018, pero igualmente podemos decir que la palabra clave este nuevo año será “Incertidumbre”.

Tenemos muy en claro que en 2019 enfrentaremos elecciones presidenciales (además provincias y municipios están en juego) y aunque el presidente Macri va por su reelección todavía no está definido qué es lo que pasa con la oposición. En un momento donde la economía nacional necesita definiciones políticas agudas sobre lo que pasará en el futuro, aunque parezca mentira la agenda política condiciona la agenda económica. El oficialismo ya determinó que las elecciones presidenciales se celebraran junto con las de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma, todavía falta por decidir qué postura tomarán algunas provincias gobernadas por Cambiemos.

Podemos decir que las condiciones de arranque del 2019 son mejores que las de inicio del cuarto trimestre del 2018. En Septiembre del año pasado teníamos inflación del 6%, la tasa de las Leliq estaba por encima del 70% y el dólar cotizaba en $42,00. Enero nos mostró un tipo de cambio estabilizado, con un alza en las acciones de empresas argentinas, la disminución del riesgo país (en diciembre estuvimos por encima del 800 puntos básicos) y una leve baja en la tasa de interés (referencia). Pero no debemos relajarnos y olvidar que se debe estabilizar la macroeconomía nacional y que una devaluación no es la solución eterna (ya lo hemos intentado en varias oportunidades).
Argentina tiene un problema estructural en producción, inversión y costos, queda mucho trabajo por hacer, la lucha contra la inflación no puede distenderse y para ello es necesario seguir ordenando el gasto para eliminar el déficit de las cuentas públicas, además de erradicar el déficit de la balanza de pagos. Es primordial comenzar a recuperar el nivel de actividad de la economía, de manera lenta pero firme, aunque en el medio de esta tormenta nos encontremos con un año de elecciones (con todo lo que ello implica en nuestro país).

Por otro lado, el Banco Central sigue instrumentando su política de control de los agregados monetarios y el viernes (inicio de febrero) informó que durante enero sobre cumplió la meta de expansión monetaria. Estaba prevista una expansión monetaria de $1.358 mil millones y la real fue de $1.346 mil millones ($12 mil millones menos que la meta prevista), esto permitió que la tasa de referencia (Leliq) cerrara el viernes en el 52,44% que es un 5,6% menor que la tasa de referencia del mes de diciembre y un 19,8% inferior a la de mediados de octubre (alcanzó el 73.5%). Igualmente la tasa de interés actual es exorbitante para un país que se quiere considerar normal (Brasil tiene una tasa de referencia –Selic- del 6,5% anual), pero también tenemos al dólar como componente de esta fórmula y vemos que comenzó el segundo mes del año en $38,10 (minorista vendedor Banco Nación – muy cerca de la banda inferior de no intervención que es de $37,886).

Una buena noticia ha sido la decisión que tomó el jueves 31 de enero la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) de no subir la tasa de interés y mantenerse paciente en el corto plazo respecto a futuras subas. La FED estima que EEUU se mantiene estable con una inflación anual del 2% y crecimiento de los índices de empleo. Esto es bueno para países emergentes, debido a que existen fondos disponibles para inversiones, el dólar no se hace tan fuerte y se revalorizan los commodities.

Parar la inflación también significa frenar la emisión para financiar déficit y el acumulado de Leliq es un pasivo del BCRA compuesto por la absorción de pesos, con una tasa de interés muy alta. Es por este motivo que el Tesoro de la Nación está autorizado a vender aproximadamente unos U$S10.000 millones (enviados por el FMI) a partir de abril para liquidar las Leliq (ya suman un stock de $ 743.977 millones), esto implicaría que el Banco Central deberá bajar tasa de interés y encaje con el objeto de liberar pesos que tomaría el Tesoro (el ahorrista que tiene los pesos a tasas bajas seguramente optaría por dólares), también para mediados de año estarán disponibles los dólares del complejo sojero.

Estamos llenos de preguntas y tratando de no perder el optimismo, pero la realidad nos muestra un contexto político irregular con elecciones hasta el mes de noviembre y causas judiciales escandalosas, que no nos permiten saber cuándo comenzaremos a cambiar las inversiones financieras por inversiones productivas. Tomo algunas palabras de Juan C. de Pablo para tener una idea de cómo funciona el proceso de toma decisiones en contextos electorales: “Ningún gobierno tiene total control sobre la situación económica como para diseñar reactivaciones a pedido de las estrategias electorales. Porque si ello fuera posible, no existirían las crisis…”.

Necesitamos que las discusiones políticas no tengan tanta influencia sobre las instituciones y las herramientas económicas (es algo bastante difícil de lograr conociendo nuestra historia y comportamiento social), debemos seguir el rumbo que pueda, entre otras cosas, sacar a la industria de esta larga decadencia (ya lleva algunas décadas.

Si hablamos de expectativas con respecto al tipo de cambio, (en este país no se puede dar garantías de nada), el Banco Central manifiesta que no existe la suficiente cantidad de pesos para generar una corrida cambiaria, como dije al principio la palabra clave es “incertidumbre” y se debe ser muy precavido para no cometer errores (ya hay quienes estiman con decimales cuánto será la inflación de 2019), vayamos construyendo el día a día. Por ahora enero mostró cierta calma, febrero recién comienza y esperemos seguir en iguales o mejores condiciones.

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