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Berensztein dio algunas pistas sobre cómo sería un eventual gobierno de AF

Consideró que el candidato opositor, de llegar a la Casa Rosada, se apoyará en los gobernadores peronistas, que serán “una malla de contención” ante el kirchnerismo radicalizado. Danilo Lima

El analista político Sergio Berensztein consideró que Alberto Fernández, el candidato presidencial opositor, tiene todas las chances de ser electo en primera vuelta, el próximo 27 de octubre, y, en caso de llegar a la Casa Rosada, estimó que se apoyará principalmente en los gobernadores peronistas, como forma de contrarrestar la presión de los sectores más radicalizados del kirchnerismo y los movimientos piqueteros.

El consultor, asimismo, remarcó que el presidente Mauricio Macri quedó “muy debilitado” tras las PASO y, por eso, estimó “muy improbable” que pueda descontar la diferencia que le sacó Fernández. Aclaró, sin embargo, que decía “muy improbable” pero “no imposible” porque, a su juicio, habrá que estar atento al voto de los jubilados –que, comentó, en las generales van a votar más que en las primarias– y a los argentinos que viven en el exterior que no sufragaron en las PASO. Si va más gente a votar, arriesgó, tal vez Fernández no llegue al 45% y Macri logre una diferencia menor a los 10 puntos, lo que habilitaría una segunda vuelta.

Berensztein, de todos modos, durante su exposición en el marco de la 15ª Jornada de la Industria, organizada por la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), habló como si Alberto Fernández ya fuera el presidente electo de la Argentina y especuló sobre cómo sería su gestión.

¿Jefe o jefa?

Para buena parte de los ciudadanos argentinos la gran duda es si Fernández tendrá independencia de criterio respecto de Cristina Kirchner, cuyo “dedazo” –al mejor estilo del PRI mexicano– lo ungió candidato, o si, por el contrario, actuará como “un títere” de la ex Presidente, como aseguran los más acérrimos antikirchneristas.

Berensztein, en este sentido, recordó lo dicho por el gobernador Juan Manzur el miércoles en Tucumán cuando el candidato opositor presentó su propuesta de pacto social. “El peronismo tiene jefe, tiene conducción y se llama Alberto Fernández”, enfatizó el mandatario tucumano, el primero de los gobernadores que se pronunció a favor de Fernández.

Esa frase “fue un mensaje para los peronistas, para Cristina y para la clase media”, dijo Berensztein, quien, sin embargo, se preguntó si Manzur era creíble.

El consultor, asimismo, recordó que Fernández también dijo que “los gobernadores serán mis aliados” y, se sabe, la mayoría de los mandatarios provinciales, aunque no lo digan, se sienten incómodos con Cristina. “Los gobernadores serán una malla de contención ante el kirchnerismo radicalizado”, argumentó.

Para Berensztein, además, “el giro del kirchnerismo hacia el centro tuvo éxito” en las urnas y ahora Fernández “tomó el lugar del peronismo federal”. Ponderó, en este sentido, el aporte electoral de Sergio Massa al Frente de Todos: “Le dio el 10% de los votos en las PASO”, apuntó.

El analista, al repasar lo sucedido el 11 de agosto, no dudó en afirmar que “el voto en las PASO fue un voto económico y muchos indecisos se volcaron a la oposición”, y también lo hicieron votantes de Macri afectados por la presión fiscal y la recesión.

¿Y Macri?

Berensztein remarcó más de una vez que el presidente Macri quedó muy debilitado luego de las primarias y que, en la práctica, en la Argentina hoy existe “un virtual vacío de poder”.

La devaluación pos-PASO “empeoró” la situación, observó, y recordó una máxima de José López Portillo, presidente de México entre 1976 y 1982: “El Presidente que devalúa se convierte en un Presidente devaluado”.

En este marco, la chance de Macri de revertir la situación en las urnas “es muy limitada” pero “no imposible porque nada en política es imposible”, subrayó el analista, y consideró que “a pesar de la derrota, el Gobierno conserva una cuota significativa de apoyo”.

La marcha del último 24 de agosto, a juicio de Berensztein, “puso nervioso” al peronismo, en especial a los sectores más radicalizados que la vieron “con mucho recelo”.

El actual contexto convierte el camino hacia el 10 de diciembre, la fecha del recambio institucional, “en un camino muy sinuoso y preocupante”.

El propuesto pacto social, una política fiscal y monetaria sustentable y acordar con el FMI la postergación de los pagos de la deuda, de acuerdo con la mirada de Berensztein, serán tres de los ejes de la gestión de Alberto Fernández.

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