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Las pérdidas por la soja podrían llegar a los 5.000 millones de pesos en Entre Ríos

La sequía hace estragos en la producción y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que el país resignaría unos 3.700 millones de dólares. Gustavo Sánchez Romero / DOS FLORINES

La preocupación atraviesa visceralmente tanto a productores como a funcionarios ya que las pérdidas que generaría la sequía que azota los principales núcleos agrícolas del país serían cuantiosas e impactarán directamente sobre las finanzas generando incertidumbre y algunos avizoran “quebrantos” en los hombres de campo. Con precios que se han recuperado notablemente, las estimaciones sobre rendimientos se encuentran en un promedio de 46 millones de toneladas, distante a los de campaña anterior que llegaron a 55 millones de toneladas promedio, y muy lejos de los 61,4 millones de la campaña 2014/2015, y la Bolsa de Cereales de Buenos se animó a estimar pérdidas por unos 3.700 millones de dólares (74.000 millones de pesos). 

Entre Ríos no le va en saga y el tema se ha convertido en el eje de conversación de productores y dirigentes de las entidades agropecuarias que debaten agriamente sobre el tema, y con decepción advierten que generará “muchos quebrantos” entre los productores y la merma se sentirá fuerte en las arcas públicas y las economías de los pueblos del interior. “Con semejante escasez el precio rondará los 6 mil pesos, porque las industrias pagarán cualquier precio para poder cumplir con sus compromisos, pero eso será sólo para que el que tenga la soja, y no serán muchos”, confió a DOS FLORINES una calificada fuente del sector que todavía reza para que las lluvias lleguen y salven algo de lo sembrado, y que no pase como el maíz donde “muchos productores están picando el grano para los tambos”, sentenció.

Resignación.

Con este escenario, y con mucho escepticismo de parte de los analistas climáticos acerca de la posibilidad que el cielo se apiade en las próximas semanas, Entre Ríos sufriría mucho en los rendimientos y sus pérdidas podrían llegar a los 250 millones de dólares, es decir cerca de los 5.000 millones de pesos. Este número, que obviamente no es lineal ni directo y dependerá de los rendimientos finales y el comportamiento del clima en el futuro inmediato, surge de considerar que la provincia aporta el 7% del total de la oleaginosa que se genera en el país. Los productores adelantan que muchos quedarán expuestos financieramente y dependerán de las cooperativas y los bancos para poder continuar y afrontar la próxima campaña.

Las entidades del sector vinculan la actual crisis con lo sucedido en el año 2009, donde se perdió casi el 70 % de la cosecha que –en la totalidad de los cultivos- se esperaba un total de 6.000.000 de toneladas y apenas se arañaron los 2.000.000. En ese año, se esperaban 3.000.000 de toneladas de soja y sólo se alcanzó el millón. Una fuente dirigente de una importante entidad recordó que en la actual campaña se cuenta con el aliciente que si bien no llovió nada en enero y el presente febrero, algo llovió en diciembre y eso permitió lograr algo de humedad en el suelo y eso genera algunas dudas sobre el rendimiento final.

Este año se sembró una superficie similar a la campaña anterior, llegando a las 1.300.000 toneladas, y se preveía en toda la Región Centro sur un rendimiento promedio de entre 60 y 70 quintales, pero el calor y la seca colocarán –con suerte- orillando los 40 quintales. Esto dejará el promedio final muy lejos de las 1.700.000 toneladas que se alcanzó en la campaña anterior.

Más allá de la queja intrínseca que convive en la cultura del productor entrerriano, en esta campaña sobran los motivos y a no dudar que las expresiones de angustia se harán notar en el campo y los pueblos de interior entrerriano.

El clima.

En este contexto, este jueves la Bolsa de Cereales de Entre Ríos dio a conocer un informe sobre el comportamiento y expectativas del clima que no permiten abrigar muchas esperanzas. Según el relevamiento del Siber, los indicadores afirman que “en la provincia de Entre Ríos, la campaña de granos gruesos 2017/18 está bajo un escenario climático muy adverso, donde se destacan dos factores claves: escasas precipitaciones y altas temperaturas”.

Según los números, entre los meses de diciembre y enero la precipitación promedio acumulada para Entre Ríos se sitúa alrededor de 240 mm, pero entre diciembre del 2017 y enero del 2018 el valor acumulado promedio se situó en 125 mm. Por lo tanto, en términos globales, los cultivos estivales recibieron tan solo el 52 % del monto normal o histórico.

“ Existen amplios sectores donde la lluvia acumulada entre diciembre y enero osciló entre 50 a 100 mm, lo cual representó apenas entre el 20 al 40 % del valor normal. Este rango de precipitación se registró en parte de los departamentos Diamante, Paraná, Nogoyá, Tala, Uruguay, Villaguay, San Salvador, Colón, La Paz, Concordia, Federación, Federal y la totalidad de Feliciano. Solamente en sitios muy puntuales de los departamentos Victoria, Gualeguay y Gualeguaychú la precipitación acumulada igualó o superó levemente al valor histórico”, expresa el informe, que reproduce además del Servicio Meteorológico Nacional la media de temperatura asegurando que “la temperatura máxima promedio para Entre Ríos entre los meses de diciembre y enero se ubica en 31 oC”.

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