AL DÍA

La UNER nombró Doctor Honoris Causa a José Luis Panigatti y a Roberto Casas

Se trata de dos profesionales que dedicaron buena parte de sus vidas a trabajar en favor de la conservación de los suelos. Danilo Lima

“Parece que como el suelo no grita, el suelo no llora, el suelo no hace piquetes, puede esperar… y, a veces, lo castigamos demasiado. El problema es cuando llegamos a los puntos de no retorno”, advierte desde una pantalla José Luis Panigatti, un hombre que hasta su muerte –ocurrida el año pasado– trabajó con pasión en pos de la conservación de los suelos. El audiovisual continúa y Panigatti lanza, a modo de interpelación, una frase que viene muy bien en estos tiempos donde el tema ha desaparecido de la agenda: “El cuello de botella no pasa por la información técnica, pasa por las decisiones políticas”. Clarito.

Desde la misma pantalla, desde el mismo audiovisual, Roberto Raúl Casas recuerda que la Argentina posee “el privilegio de tener los mejores suelos del mundo, la mejor calidad de los suelos, y tenemos un rol estratégico como país productor de alimentos”. Y agrega: “El rol de la educación, desde la más temprana edad, es fundamental. Es un tema de toda la sociedad”. Clarito.

Reconocimientos.

Panigatti y Casas, dos hombres que destinaron buena parte de sus vidas al estudio de las Ciencias del Suelo, fueron reconocidos –en una muy buena decisión– con el máximo galardón que entrega la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER): el Doctorado Honoris Causa.

Fue el viernes en la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCA) –la casa de estudios que impulsó el reconocimiento–, en Oro Verde, durante un acto académico que se transformó en el punto culminante de la jornada conmemorativa “Dónde estamos y hacia dónde vamos en conservación de suelos en Entre Ríos”.

En ese marco, también, fueron reconocidos productores conservacionistas pioneros y profesionales que trabajaron muchos años en la investigación y extensión de este tema central para nuestra provincia. Rubén Barón, Orlando Hergenreder, Mabel Airaldi, Julio Tulián, Nobel Babboni, Manuel Asmat, Ítalo Culasso, Daniel Welschen, Jorge Cerana, Horacio Castañeira, Conrado González, Osvaldo Paparotti, Alicia Codromaz y Hugo Peltzer recibieron sendas plaquetas. Gabriela Scotta, emocionadísima, recibió la de su padre, Egidio Scotta, fallecido hace unos años.

Trascendencia.

El decano de la FCA, Pedro Barbagelata, en su carácter de anfitrión, subrayó que Panigatti y Casas “no sólo han dedicado su vida desde lo profesional, también han logrado trascender los ámbitos académicos y científicos, han explorado la educación y han ido hacia los lugares de los tomadores de decisión, que es donde realmente podemos impactar con nuestro trabajo”.

El rector de la UNER, Andrés Sabella, por su lado, recordó que “en la construcción de identidad de la UNER hay principios y valores como la gratuidad, la inclusión, el ingreso irrestricto. En definitiva, pensar la educación como un bien público. Nuestro compromiso es llegar a los ciudadanos” y “a partir de la investigación, generar conocimiento y, por lo tanto, mejorar la realidad con la que nos encontramos. En este marco, los Doctor Honoris Causa de Casas y Panigatti forman parte de este compromiso”.

María Elena Zaccagnini, la viuda de Panigatti, tras recibir el galardón –junto a Cecilia, la hija de Panigatti– dejó de lado la trayectoria profesional de su marido y eligió hablar de la faz personal porque “fue un maestro en todo sentido”.

Recordó que pasó 20 años “escuchándolo en todos los viajes hablar del suelo” y destacó que “era una persona tremendamente generosa, muy buen compañero. En cada reunión o situación que él pudiera, compartía lo que había producido, lo que había hecho”.

Zaccagnini, además, obsequió al rector Sabella un ejemplar de “Argentina: 200 años, 200 suelos”, obra del fallecido investigador.

Casas, a su turno, agradeció a la UNER por la distinción y dijo que recibirla “era un honor por muchos motivos, de los cuales hay dos principales. El primero, poder compartirla con José Luis Panigatti, una persona con la cual compartí más de cuatro décadas. Nunca trabajamos en la misma unidad, pero sí siempre con los mismos objetivos. Compartimos proyectos, ideas, reuniones; no voy a hablar de su trayectoria, todo lo que se diga es poco. Y el segundo aspecto que considero muy importante es que este reconocimiento provenga de una universidad nacional situada en una provincia realmente emblemática en cuanto a la lucha contra la erosión de los suelos y a favor de su conservación. En todas mis charlas, mis escritos, las clases en la universidad, siempre menciono a Entre Ríos como un ejemplo que muchas provincias argentinas tendrían que seguir”.

Presente y futuro.

La jornada “Dónde estamos y hacia dónde vamos en conservación de suelos en Entre Ríos”, además de enmarcar la entrega de las distinciones a Panigatti, Casas y al resto de los homenajeados, apuntó a recordar los 30 años de la aprobación de la Ley Provincial de Suelos N° 8.318/89, una norma de vanguardia y modelo en el país.

En los últimos años, sin embargo, el tema de la conservación de los suelos prácticamente ha desaparecido de la agenda de las políticas públicas a pesar de que se trata de un recurso clave, estratégico, para alcanzar la tan ansiada producción agropecuaria sustentable.

El debate, en la actualidad, sigue ausente. Ni los gobiernos, ni las instituciones públicas relacionadas con el sector agropecuario, ni las entidades gremiales del campo, ni las agrupaciones ambientalistas, parecen tener interés en reinstalar el tema en la agenda.

Se habla mucho, muchísimo, de los agroquímicos, pero muy poco, casi nada, de la conservación de los suelos en una provincia que fue pionera en la materia. La indiferencia de la clase política es alarmante, al punto que el viernes hubo un solo dirigente político presente en la FCA (el senador Nicolás Mattiauda). Nadie más.

Aquella frase de Panigatti –“el cuello de botella no pasa por la información técnica, pasa por las decisiones políticas”–, entonces, se transforma en una potente interpelación que debe estar siempre presente para terminar con la apatía de quienes más debieran ocuparse del tema.

Deja un comentario