Alejandro Pannunzio, referente de arandaneros, recordó que la medida “tiene un vicio de origen conceptual”. Nahuel Amore
El Gobierno nacional decidió dar un aliciente a determinadas economías regionales, al reducir de cuatro a tres pesos por dólar los derechos de exportación, política que según el Boletín Oficial regirá desde este jueves 11 de julio Los arándanos están incluidos, al igual que el arroz y la nuez pecán, entre otros que forman parte de la actividad productiva de Entre Ríos.
Al respecto, Alejandro Pannunzio, presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia (Apama), consideró como un “paliativo” la medida, que tendrá un impacto fiscal estimado en 2.200 millones de pesos. Además, en diálogo con DOS FLORINES, dijo que no pueden “salir a aplaudir” algo que “tiene un vicio de origen conceptual”.
“Es una medida que veníamos pidiendo como paliativo”, señaló. Desde esta perspectiva, opinó: “En principio no está mal, ayuda. Veníamos pidiendo la derogación de las retenciones, pero las pasaron de cuatro a tres pesos. Además, si en lugar de 60 días para el pago, es de 90 días, es una cosa positiva”.
Contra las retenciones
A pesar de la baja, que puede ayudar en este contexto todavía crítico para las economías regionales, Pannunzio no olvida la naturaleza misma de este impuesto. “Estamos en contra de las retenciones. Creemos que es un error enorme. La necesidad es eliminar las retenciones”, afirmó.
En esta línea, apuntó al reciente logro que festejó el Gobierno. “No tiene sentido salir a festejar un acuerdo de libre comercio con Europa para el futuro, pedimos que nos saquen el arancel para ingresar y nosotros tenemos cuatro pesos por dólar de retenciones. Es como que primero hay que ordenar tu casa. Es lo esperable”, amalizó.
Consultado por cómo afectó este impuesto desde que volvieron a imponerse, el empresario fue contundente.
“Fueron nefastas para las economías regionales”, aseguró, y explicó: “Generaron mucho daño en muchos productores. Hubo producción a la que no daban los números para exportar, mientras que si no tuvieras las retenciones tenés la posibilidad de cosechar algo más. Y ese algo más son kilos más por hectáreas que cosechás, exportás y te ayudan a bajar costo fijo”.
En este sentido, Pannunzio concluyó: “Por eso tampoco podemos salir con esto a aplaudir que lo hayan bajado, porque eso podría explicar que uno convalida una buena acción que tiene un vicio de origen conceptual. No tiene que haber retenciones a las exportaciones porque no podemos competir perdiendo parte del precio. El impuesto tiene que ser a las ganancias, no a la facturación”.
