Dice estar de acuerdo con la integración, pero que hay que analizar sector por sector y que traerá desventajas en rubros industriales. Gustavo Sánchez Romero
Marcelo Casaretto vuelve al ruedo electoral luego que Gustavo Bordet lo ungiera como candidato a diputado nacional por Entre Ríos, y todo indica que será uno de los legisladores que deberá abordar el proyecto de integración entre el Mercosur y la Unión Europea cuando el presidente Mauricio Macri lo ingrese al parlamento para su debate. DOS FLORINES buscó una voz oficial del gobierno entrerriano que tomara el guante y encontró en el economista alguien dispuesto y autorizado. Si bien él dice que no es oficial, es la espada con que el Frente de Todos buscará mantener la diferencia que mantuvo en las últimas elecciones en las próximas legislativas en Entre Ríos. Todo esto, sin perjuicio que es un especialista formado que se desempeña como docente universitario en materias como Economía Internacional e Historia de la Economía Mundial en la carrera de Ciencias Económicas.
El actual titular del IAPV intenta mostrarse prudente inicialmente y asegura que “los procesos de integración económica son beneficiosos, pero en este caso hay que ver que se trata de una negociación donde no se conocen los detalles y es necesario ver el contenido de esta integración”, por lo que prefiere no definir una negativa terminante.
“Cada uno de los países busca inserción a partir de exportar sus bienes más competitivos y eso es natural. Hay intereses de cada lado, y entonces cuando desde el Gobierno Nacional no se difunden los contenidos de los acuerdos, y cómo impactará sector por sector, pero también cómo impactará hacia adentro del Mercosur, debemos plantear reservas. Hay que analizar sector por sector los beneficios y perjuicios que pueden llegar desde el mercado”, puntualizó el candidato a diputado.
Variables.
Primero desplegó un análisis exhaustivo acerca de la integración en Europa y cómo se fue dando el proceso que llevó a la integración de 28 países. El primer acuerdo entre Francia y Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial, por los beneficios productivos de la cuenca del Rur, el siguiente acuerdo de Los Seis. Luego pasó por el Acuerdo de Roma, que antecedió a la integración de los países del Este y el tratado de Maastricht, antesala de los acuerdos de la zona Euro. Recordó Casaretto que no será fácil, con Inglaterra en medio del proceso del Brexit, y con una situación financiera disímil entre los países centrales y la Argentina, donde ponderó como muy mala a la situación del país donde enumera los paupérrimos indicadores actuales, pero nada dice de los que surgieron de los 12 años de la gestión anterior.
“En primer lugar, tenemos un desequilibrio muy grande y aunque claramente tenemos la posibilidad de ser competitivos en las cadenas agroindustriales, vamos a tener grandes desventajas en los otros rubros. ¿Cómo vamos a competir nosotros con una empresa alemana que tiene créditos para crecer a un 3% en Euros y la nuestra que tiene tasas por encima del 60 % de interés para financiarse y con una variación del tipo de cambio del 100 % en un año?”, se pregunta el contador.
Avanza luego diciendo que con los desequilibrios macroeconómicos que tiene la Argentina hoy es difícil tomar una posición definitiva, y enfoca en el endeudamiento que mes a mes viene teniendo el gobierno para sostener un tipo de cambio reprimido –según él- hasta las elecciones.
Trámite.
Entiende que con estos antecedentes no se puede planificar realmente un acuerdo a gran escala con la Unión Europea y que todo se circunscribe a “una expresión de buenos oficios, de buena voluntad del Gobierno nacional, aunque por ahora muy precario”.
Recuerda que aún es un acuerdo entre ministros y cancilleres, y que no ha pasado por instancias institucionales más importantes, en 20 idiomas distintos, para llegar finalmente a los parlamentos.
Allí es donde reafirma el concepto: “Siempre es positiva la integración, lo veo conceptualmente bien, pero hay que conocer el detalle completo que ni siquiera los han traído al país”.
En este punto aventura que le gustaría sentarse con cada sector productivo y analizarlo con ellos. Aunque ahora va más de lleno contra el acuerdo y dice que no ve diferencias con el ALCA o la Iniciativa de las Américas que impulsó Jhon F. Kenneddy y que “llevan a procesos de concentración”, como sucede hoy en la Argentina donde “hay ganadores y perdedores, con sectores asalariados que están disconformes con Macri y sus políticas”.
-Entonces es válido afirmar que está en consonancia con la posición de Alberto Fernández- preguntó DOS FLORINES.
En este punto, Casaretto fue meridiano: “Sí, comparto la definición de Alberto Fernández y primero quiero ver el acuerdo para saber quiénes son los ganadores y perdedores. Recordá que soy candidato a diputado nacional, voy a tener que ver yo lo que el Gobierno baje. Yo no sé lo que piensa Gustavo Bordet, porque ni siquiera llamaron a los gobernadores para saber de qué se trata”, concluyó.
