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La fórmula FF lidera, pero Macri acortó la diferencia

Aún con muchas indefiniciones y con movimientos en las encuestas nacionales, se perfila una alta polarización electoral.

A sesenta días de las PASO, la disputa electoral tiende a polarizarse entre la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, por un lado y la de Mauricio Macri (aún sin acompañante en la boleta), por el otro. Según la nueva encuesta de RTD y El Economista, la fórmula FF obtendría 35% de los votos en las PASO del 11 de agosto, una baja de un punto contra la medición de abril. Un movimiento que muestra que la inclusión de Alberto, anunciada el sábado 18 de abril, no subió el techo del espacio. Por lo menos, por el momento. Por otro lado, Mauricio Macri sube un punto y pasa de 29% a 30%. Así, la diferencia para la primera instancia electoral pasó de 7 puntos a 5.

Alternativas.

Muy atrás aparecen las figuras de la tercera(s) vía(s). Con Consenso 19, Roberto Lavagna se ubica tercero con 8% de intención voto (versus 10% en abril), muy lejos de su pretensión de romper la polarización y colarse en el balotaje. Más atrás aparece Sergio Massa, con 7%, también cayendo dos puntos contra la medición de abril. Su futuro político, sin embargo, es una incógnita y si no compitiera por la Presidencia, sus 7 puntos se distribuirían así: 3 para Lavagna; 2 para el kirchnerismo y los otros 2 están indecisos. Por último, aparece Juan Manuel Urtubey, con apenas 3% de intención de voto. El mismo nivel que tiene el candidato de la extrema izquierda, Nicolás del Caño. Por último, el número de indecisos subió de 13% hasta 15%, guarismos normales para la instancia en que se encuentra la carrera presidencial.

Con ese trasfondo, la disputa electoral parecería terminar decantar en un balotaje, como en 2015. Allí, el cara a cara entre los líderes también se emparejó. La fórmula FF lidera con 44% contra el 40% de Cambiemos. En abril, según RTD, la diferencia era de nueve puntos: 47% contra 38%. Sin embargo, aún persisten 16% de indecisos (1 punto más que en abril). Son quienes tienen la llave de la elección y, en líneas generales, son votantes menos ideologizados que deciden su voto en base a la coyuntura y más cerca del Día-D. Entre ellos, hay una gran proporción de votantes independiente que votaron a Macri en el balotaje de 2015. ¿Se mantendrán en el redil amarillo en noviembre?

Alivio.

La moderada mejora en los números del Gobierno tiene que ver con que mayo fue un buen mes para Cambiemos. En primer lugar, por factores económicos, el punto débil del Gobierno de Macri. El dólar estuvo calmo, la inflación tiende a moderarse, se lanzó el “Plan Alivio” (Precios Esenciales más congelamiento de tarifas) y empiezan a llegar los nuevos salarios. A la vez, hubo inauguraciones de obras de alto impacto simbólico. También, comenzó el juicio oral contra Cristina Kirchner y, además, los titubeos de Alternativa Federal evitaron que el espacio “pescara” votos en la pecera oficial.

Los hallazgos son interesantes. El 62% respondió que la grieta es una cuestión exclusiva de los políticos mientras que 27% opinó que la grieta está presente en su vida cotidiana. Pero la situación dista de ser homogénea en el país.

En Capital, el 44% dijo que la grieta es algo presente en su vida cotidiana, pero ese número baja a 33% en el Gran Buenos Aires y se reduce hasta 22% en el interior del país. Ese dato ayuda a explicar el predominio de los oficialismos provinciales en los comicios locales. Asimismo, apenas 7% cree que la clase política de Argentina es mejor que la del resto del mundo mientras que 51% dice que es peor y 30%, igual. A la vez, 40% cree que la dirigencia política local es peor que en el pasado, 25% cree que es igual que antes y 29% sostiene que es mejor. Sin dudas, un llamado de atención para la clase política.

Fuente: El Economista / Alejandro Radonjic

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