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Capacitación, federalización y colaboración público-privada, pilares de la Subsecretaría de Economía del Conocimiento

María Apólito, la titular del área a nivel nacional, explicó los ejes centrales de su gestión que, remarcó, tienen que ver con un modelo de desarrollo productivo diversificado. La funcionaria valoró la creación del Distrito del Conocimiento de Paraná porque “está en línea con nuestra idea de que la Economía del Conocimiento debe llegar a todas las provincias y a todos los sectores”. Danilo Lima

La denominada Economía del Conocimiento puede definirse como el sector económico que usa la información y el conocimiento para generar valor y ofrecer productos y servicios que mejoren la calidad de vida de la gente.

Se trata, ciertamente, de un concepto difícil de aprehender, y, acaso por ello, un tanto complejo de entender. Es, sin embargo, una herramienta clave para el desarrollo de la economía del presente y del futuro.

Para María Apólito, la subsecretaria de Economía del Conocimiento de la Nación, se trata de un instrumento indispensable para “tratar de que en cada rincón de la Argentina puedan desarrollarse aquellos sectores que presenten ventajas comparativas y competitivas”.

Apólito visitó la capital entrerriana, se reunió con el ministro de Producción, Turismo y Desarrollo Económico de la provincia, Juan José Bahillo, y participó del acto de firma por parte del intendente Adán Bahl del decreto que reglamenta la ordenanza a través de la cual se creó el Distrito del Conocimiento de Paraná. Mantuvo, además, reuniones con funcionarios municipales para coordinar líneas de trabajo conjunto y, de esa forma, transformar en hechos concretos el apoyo prometido al Distrito.

Objetivos.

– ¿Cuáles son los objetivos generales de la Subsecretaría de Economía del Conocimiento?

– Los objetivos de la Subsecretaría, en primer lugar, están orientados a los objetivos que tiene el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación que, básicamente, tienen que ver con un modelo de desarrollo productivo diversificado, donde ningún sector sobre sino que, por el contrario, todos los sectores económicos y productivos sean importantes, tanto aquellos vinculados con el mercado interno como los relacionados con el mercado externo, porque no creemos en la dicotomía del versus, del uno o el otro. Y, por supuesto, donde la federalización tenga un rol fundamental, respetando la potencialidad que hay en nuestro país, tan heterogéneo y con tanta diversidad, para tratar de que en cada rincón de la Argentina puedan desarrollarse aquellos sectores que presenten ventajas comparativas y competitivas.

La Economía del Conocimiento, en este sentido, juega un rol trascendente por los sectores que engloba –software, biotecnología, industria satelital, servicios profesionales–, que producen bienes o servicios finales transables, o permiten agregar valor a un proceso productivo o recurso natural, como puede ser la biotecnología en el caso de las semillas o la industria satelital para la agricultura de precisión, o la nanotecnología para hacer textiles inteligentes.

La Economía del Conocimiento está presente en todas las cadenas de valor.

– ¿Cómo se trabaja en la Economía del Conocimiento cuando la economía está tan complicada?

– La economía, en general, empieza a estar mejor en términos industriales. Hay indicadores en los últimos dos meses que muestran una recuperación, incluso a niveles pre-pandemia, en muchas industrias. Es verdad que todavía necesitamos estabilizar algunas variables macroeconómicas –tasas de interés, inflación– pero aun así hoy una empresa puede acceder a créditos con tasas de interés más razonables de las que teníamos hace un año y medio atrás.

Hablar de Economía del Conocimiento en esta megacrisis global que nos trajo la pandemia, más la crisis que ya arrastrábamos, es un desafío que, sí o sí, necesita de una coordinación constante con el sector privado.

Ejes.

– En este marco, ¿cuáles son los ejes centrales de la Subsecretaría?

– La capacitación es un eje fundamental. La Economía del Conocimiento se caracteriza por tener recursos humanos altamente calificados y de uso intensivo, y, por eso, la formación de talentos es fundamental para nosotros. La federalización de la Economía del Conocimiento y la colaboración público-privada son los otros dos pilares de la gestión.

Nosotros creemos en el consenso, para sacar una ley con modificaciones, como hemos hecho, hasta para pensar los programas de capacitación, o para definir qué financiamientos otorgamos en los distintos puntos del país.

Necesitamos también que los privados se involucren y nos indiquen hacia dónde está yendo cada uno de los sectores.

El Distrito del Conocimiento de Paraná.

– ¿Cómo ven en el Gobierno nacional que una ciudad como Paraná haya creado un Distrito del Conocimiento?

– Para nosotros es sumamente positivo que la Municipalidad de Paraná haya creado el Distrito del Conocimiento porque demuestra que la ciudad está totalmente alineada con nuestra idea de que la Economía del Conocimiento debe llegar a todas las provincias y a todos los sectores.

Entre Ríos, a nuestro juicio, tiene algunos nichos interesantes como la biotecnología –hay una empresa relacionada con la nanotecnología–, y vemos un incipiente desarrollo de la industria del software y de la robótica, por lo que, me parece, el Distrito del Conocimiento va a potenciar todos estos nichos para que puedan desarrollarse y no sean emprendimientos aislados.

Y, con respecto a la matriz productiva más tradicional vinculada al sector agropecuario, el desarrollo del software y de la industria satelital son herramientas indispensables para la agricultura del futuro. Aquí también se puede agregar mucho valor a las cadenas productivas.

– ¿Cuáles pueden ser los aportes concretos de la Subsecretaría de Economía del Conocimiento al Distrito del Conocimiento de Paraná?

– Nosotros estamos trabajando mucho en el tema de la federalización. El año pasado iniciamos un relevamiento de distintas iniciativas de estas características en diversas zonas del país y habíamos detectado el Distrito del Conocimiento de Paraná como uno de los proyectos que nos interesa apoyar.

Ese apoyo, obviamente, puede ser económico, de asistencia técnica para entender también cómo se debe gestionar una iniciativa de este tipo, cómo atraer empresas, cómo lograr un ecosistema de innovación y de emprendedurismo que le dé dinamismo al Distrito. Por eso, más allá de dinero que se pueda aportar –que puede salir del sector público nacional o provenir de alguna empresa o cámara–, para nosotros es clave el grupo humano que lleve adelante la gestión de este Distrito porque la dinámica de la Economía del Conocimiento es arrolladora.

Brecha.

– ¿Se puede achicar la brecha entre quienes tienen acceso a la Economía del Conocimiento y los que están lejos de poder hacerlo?

– La brecha se puede acortar, y, en este sentido, la capacitación es fundamental para la inclusión, desde dos perspectivas. Una tiene que ver con el género, porque muchos sectores tecnológicos tienen una muy baja proporción de mujeres, lo que demuestra que están bastante masculinizados; y, la otra, es la inclusión de aquellos sectores más vulnerables y postergados, en donde hacemos un esfuerzo muy grande.

No creemos, para nada, que esta brecha se agrande.

Entendemos sí que hay urgencias. Por ejemplo: la industria del software tiene hoy 6.000 empleos insatisfechos y no puede esperar a que una persona termine una carrera de grado, la necesita hoy, ahora. Y para poder formar esos 6.000 empleos no necesitamos ir a buscar personas con grandes niveles de estudios, aunque sí con un conocimiento de programación, o de testeo de videojuegos. Ahí hay una oportunidad.

Si nosotros logramos que los jóvenes que están fuera del mercado laboral se entusiasmen y quieran hacer alguno de los cursos que proponemos desde la Subsecretaría, o que brindan algunas universidades o escuelas técnicas, dejaríamos de verlos como sujetos de asistencialismo social y los pasaríamos, de lleno, al sistema productivo, con salarios que en promedio están por encima de la media. Ese joven puede, de esta manera, cambiar su vida y la de su familia, y no es difícil hacerlo.

– ¿Está lejos el tiempo en que Argentina se convierta en un país exportador de productos o servicios basados en la Economía del Conocimiento?

– Creo que estamos más cerca de lo que pensamos. Los que se conocen como servicios basados en la Economía del Conocimiento –software, servicios profesionales y servicios audiovisuales– hoy exportan por más de 6 mil millones de dólares. Es el tercer complejo exportador después del complejo sojero y del automotriz, y muy superavitario de divisas.

Si a estos tres sectores les agregamos la industria satelital –que tiene una potencialidad tremenda– y la biotecnología, no sólo aplicada al agro sino también a la salud, el sueño de tener una Argentina exportadora de productos y servicios de la Economía del Conocimiento no está lejos. Para eso estamos trabajando.

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